Griñán intervendrá hoy en el Comité de las Regiones después de que el Comisario de Agricultura, Dacian Ciolo, avance más datos sobre el futuro de la Política Agraria Común (PAC). El andaluz defenderá el mantenimiento de las ayudas agrarias, pero también exigirá -avanzó ayer- que la UE refuerce la intervención sobre los precios para elevar la renta de los agricultores y que ejerza un mayor control sobre las fronteras y el cupo de los productos de países terceros. El acuerdo con Marruecos amenaza el campo andaluz.
Griñán insistió en los principios que acordó la semana pasada con los líderes de la oposición. El presidente mostrará su apoyo a los ejes sobre los que la UE ha dicho que girará la futura PAC: seguridad alimentaria, lucha contra el cambio climático y desarrollo rural. Convencido, reiteró ayer, de que los principales cultivos andaluces - olivar, regadío y dehesa- cumplen esas premisas.
Griñán eludió entrar en polémica con la patronal agraria andaluza, Asaja, muy dura con su visita a Bruselas y descreída de que el presidente acuda con propuestas concretas para defender los intereses de los agricultores. También pasó de puntillas Griñán sobre el rifirrafe político que saltó ayer en Andalucía. El presidente defendió que acude con el apoyo de un pacto político andaluz de todo el arco parlamentario, por más que el PP dudara de ese acuerdo. La portavoz popular, Esperanza Oña, insistió en que Griñán ha ido a Bruselas sin consensuar un documento común como prometió al reunirse con los grupos.
Aseguró que la foto del pasado jueves "sirvió para engañar a los andaluces y tranquilizar a los agricultores" y avisó de que como al final el reparto de los fondos lo decidirá el Gobierno de España el PP tiene "razones para echarse a temblar". El socialista Mario Jiménez confió en que la visita no se viera "torpedeada de manera traicionera por parte del PP", y pidió que no pase como cuando Felipe González fue a negociar fondos europeos y Aznar le tildó de "pedigüeño".
