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El presunto culpable del incendio de Riotinto se declara inocente y la acusación duda de los testigos

el 18 ene 2010 / 17:37 h.

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El presunto autor del incendio ocurrido en el término de Minas de  Riotinto (Huelva), E.P.P., el 27 de julio de 2004, que arrasó 35.291  hectáreas de masa forestal en las provincias de Huelva y Sevilla y  que causó la muerte de F.C.F y L.C.P, que circulaban en ese momento  por una carretera cercana, se declaró hoy inocente en la primera  sesión del juicio, mientras que la defensa de la familia de las  víctimas, acompañada por un letrado de la Junta de Andalucía y de la  empresa Egmasa, dudó de las declaraciones de los testigos.

Durante el juicio celebrado esta mañana en la Sección Tercera de  la Audiencia Provincial de Huelva, Perdigón aseguró que salió de su  casa sobre las 16,00 horas del día 27 de julio de 2004, en dirección  al pantano Zumajo para darse un baño, momento en el que "vio humo que  provenía de un contenedor", pero no se acercó porque "podían haberle  echado la culpa" al tener antecedentes penales.

Del mismo modo, aseguró que en el trayecto hacia el pantano,  acompañado por su perro, no se encontró a nadie, excepto a un  helicóptero del Infoca, mientras tomaba el baño. Tras ello, llegó a  su domicilio sobre las 18,00 horas. En cuanto a la dirección que tomó  para ir hacia el pantano, indicó que escogió otra distinta a la  habitual porque "hacía mucha calor y porque no quería pasar por su  huerto", que estaba en esa dirección.

El acusado mantuvo que "no ha reconocido a nadie que prendió fuego  a dos contenedores", indicando además que cuando volvió de darse el  baño se fue al huerto, que no se quemó por un cortafuegos cercano y,  tras ello, se fue a su casa.

"CAMBIO DE SENTIDO"

En cuanto a los testigos, la defensa de la familia de las  víctimas, Antonio Rubio, dudó de las declaraciones de algunos de  ellos por "el cambio de sentido" que han tomado, refiriéndose a "un  ataque generalizado de olvido", teniendo en cuenta las declaraciones  anteriores, realizadas hace cinco años, lo que les hace suponer que  "podría existir algún tipo de maniobra extraña que no conocemos y que  es la que ha podido llevar consigo este cambio".

En el juicio se le tomó declaración a casi una veintena de  testigos, entre personas que pudieron ver ese día al presunto autor  del incendio, que diferieron en la vestimenta del presunto autor;  efectivos de la Guardia Civil, de la Policía Local de Minas de  Riotinto y agentes de Medio Ambiente.

Así, uno de los testigos indicó que vio al acusado, pero "alejado  de uno de los focos del incendio y que iba andando", mientras que en  la declaración realizada cuando se produjo el incendio, según el  Ministerio Fiscal, aseguró que el presunto autor "salió corriendo de  la zona del barranco, donde se encontraba el tercer foco del  incendio", al tiempo que aseguró que en la zona, donde se produce  otro de los focos, es "normal que se produzcan incendios porque los  vecinos depositan basura y escombros".

Por su parte, uno de los agentes de la Guardia Civil que realizó  el atestado aseguró que existen "incongruencias horarias" respecto a  los actos del acusado, indicando además que hay personas que "lo  vieron comprando comida en una tienda, otras en el tercer foco del  incendio y otras dicen que estaba en un foco distinto".  

En cuanto a la situación de la zona donde se produjo uno de los  focos del incendio, donde había latas y cristales, el agente descartó  la posibilidad del efecto lupa, ya que estos materiales estaban  cubiertos por restos de césped. Del mismo modo, respecto a la hora de  salida del acusado a las 16,00 horas, otro agente aseguró que "si  hubiera salido a esa hora, el incendio le habría sorprendido".

LA FAMILIA ESPERA "JUSTICIA"

Por su parte, la hija del matrimonio fallecido a causa del  incendio, Laura Capote, manifestó antes del juicio que espera  "justicia y que las pruebas dictaminarán si es culpable o no",  indicando además que todas las pruebas "parecen indicar que si es  culpable", por lo que pidió que "si es culpable, que lo pague".

Según el escrito de la Fiscalía, los tres primeros focos del  incendio pudieron ser controlados rápidamente, excepto el cuarto,  provocado en el pinar del camino posterior de la barriada Los Cantos,  que se extendió, resultando afectados los términos municipales  onubenses de Minas de Riotinto, Nerva, El Campillo, Escacena del  Campo, Paterna del Campo, Zalamea La Real y El Berrocal, y los  sevillanos de El Madroño, El Castillo de las Guardas, Aznalcóllar,  Gerena, El Garrobo y Sanlúcar La Mayor, teniendo que ser desalojados  algunas de estas poblaciones.

El escrito apunta que las dos víctimas circulaban en un vehículo  por una carretera sita entre las aldeas de Monte Somorrero-Las  Delgadas, cuando fueron sorprendidos por el incendio, ocasionándoles  la muerte por asfixia por inhalación de gases en combustión.

CONSECUENCIAS "INCALCULABLES"

Según reza en el informe, las consecuencias ecológicas fueron  "incalculables", ya que se perdieron los hábitat de muchas especies  autóctonas, tales como el Eucalipto, el Pino Mediterráneo, la Encina  y el Alcornoque. Igualmente resultaron afectadas diversas especies  animales como el Jabalí, el Ciervo y el Zorro, ascendiendo los gastos  de extinción ascendieron a 1,9 millones de euros.

Además, el acusado deberá indemnizar a los herederos de los  fallecidos en el suceso en la cantidad que se determine en ejecución  de sentencia, así como deberá indemnizar a los perjudicados de las  actuaciones.  

La segunda sesión del juicio tendrá lugar mañana a partir de las  10,30 horas, en la que se realizará una declaración por  videoconferencia de dos peritos, que acreditaron la identidad de los  fallecidos, y una vez que ratifiquen el informe, según explicó la  defensa de la familia, se dará traslado a las partes para elevar las  conclusiones definitivas, de forma que mañana "podría quedar visto  para sentencia".

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