"Desde luego que no será un Presupuesto alegre ni expansivo". Era obvio pero el presidente de la Junta, José Antonio Griñán, avanzó que las cuentas de 2011 serán aún más complicadas que las de este año, que ya fueron calificadas como las más difíciles de la democracia. Será un Presupuesto "muy restrictivo", "en algunas partidas habrá contracciones significativas".
Hacienda está aún elaborando las cuentas pero el presidente dejó entrever que la propuesta manejada meses atrás de congelar los números públicos no podrá cumplirse. El Gobierno de la Nación ya ha anunciado para 2011 el mayor recorte del gasto en la democracia, ha avanzado que las cuentas se retrotraerán a los niveles de 2006 y que los ministerios dispondrán de un 16% menos de recursos. La Junta ya tuvo que meter la tijera en este Presupuesto (33.737,7 millones), del que recortó 1.583 millones. Fueron las primeras cuentas en 30 años en retroceder, pero no serán las únicas. El compromiso, adquirido con Bruselas, de contener al déficit al 1,3% del PIB impone severas restricciones.
Hubo estreno doble. De la sede de la presidencia de la Junta tras un lustro de rehabilitación y del curso político. El presidente de la Junta presidió en San Telmo el primer Consejo de Gobierno tras un agosto atípico, en el que Griñán se ha reunido con el presidente José Luis Rodríguez Zapatero. Sobre la mesa está el próximo Presupuesto, la reforma del Servicio Andaluz de Empleo (SAE) y un nuevo paquete de incentivos económicos por valor de 3.000 millones de euros que erigen a la conservación del medio ambiente en motor económico.Hay ya contactos, avanzó Griñán, entre la Consejería de Empleo y el Ministerio de Trabajo para "mejorar" el SAE. Actualmente es el Gobierno de la nación el que abona las prestaciones por desempleo y la Junta la que se encarga de las políticas activas, es decir de reinsertar a los parados en el mercado laboral. Una división de competencias, por las que peleó activamente la Junta y que Griñán negó siendo ministro de Trabajo, que ayer el presidente calificó de "discutible". Se aferró a un dato: el 70% de los parados andaluces proceden de la construcción. Urge, avisó, reciclarlos en otros sectores emergentes.
Griñán dejó claro el escenario económico sigue siendo duro y el otoño será muy difícil. El presidente cargó su intervención de guiños a los sindicatos en la antesala de una huelga general, el 29 de septiembre, con la que se da "por aludido totalmente" y que elevará la tensión social. En un escenario insólito, en el que los sindicatos han proclamado que dan por rota la paz social en Andalucía, Griñán ha recetado a su Gobierno ante el conflicto, más diálogo social que nunca. "Hay tensión, pero he ordenado que el diálogo social no se interrumpa ni antes, ni en, ni después del conflicto". Ayer los líderes de CCOO y UGT en Andalucía volvieron a plantar cara al Ejecutivo andaluz. Sin esperanzas, la Junta explorará además posibles acuerdos con la oposición en el Parlamento.
Fue el regreso a San Telmo tras una obra polémica por su coste, 47 millones, y contra la que el PP ha emprendido una dura campaña. Griñán dejó claro que no quiere que esa polémica ni le roce.
