El pasado miércoles, en nuestro comentario habitual, llegábamos a la conclusión de que el Sevilla tenía que salir con fuerza, en cuanto a puntos, de cuatro partidos fundamentales para su futuro más inmediato en la competición liguera. A saber: Valencia, Atlético de Madrid, Real Madrid y Villarreal. Y todo para ser claro aspirante a volver a la Champions League que tanto anhela. El primero de los partidos era el sábado ante el Valencia y los sevilistas, con una magnífica primera parte y encontrando a su goleador y pichichi, Luis Fabiano, vuelven con el primer asalto ganado con toda claridad y a la espera de lo que ocurra el próximo Sábado Santo, cuando se jugará otra final de las de verdad ante el siempre peligroso Atlético de Madrid.
Segundo plano. Queda un poco lejos el partido de Valencia. La Semana Santa acapara la máxima atención en la actualidad y el fútbol en Sevilla queda en un claro segundo plano. Pese a ello hay que dejar constancia de que los discípulos de Manolo Jiménez -los números ligueros del arahalense en el banquillo sevillista son extraordinarios- hicieron en Mestalla un gran primer tiempo. Sacaron todo su repertorio de buenas maneras en el juego, ése que les llevó a las cumbres futbolísticas y encontrando el seguro de su juego en los goles del peligroso Luis Fabiano.
Camino marcado. Si la senda que ha marcado el Sevilla para el tercio final es la de Valencia, el objetivo está en sus manos. Tiene por delante tres partidos muy difíciles, con rivales de entidad que se juegan el todo por el todo, pero cuando los sevillistas sacan su poderío en el fútbol atacante y no tienen errores en el resto de sus líneas están sumamente capacitados para dar lo mejor. En Valencia dieron una buena muestra de lo que son capaces.
