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El Príncipe de Asturias premia la lucha contra el dolor crónico

El jurado galardona a tres iconos de la neurobiología sensorial.

el 02 jun 2010 / 19:46 h.

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Los bioquímicos David Julius, Linda Watkins y Baruch Minke.
Uno de los grandes retos a los que se ha enfrentado siempre la medicina, el de acabar con el dolor, centró ayer el Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica 2010 al reconocer las aportaciones que en este campo han llevado a cabo los bioquímicos estadounidenses David Julius y Linda Watkins, y el israelí Baruch Minke.


El jurado encargado de fallar en Oviedo este galardón decidió conceder el premio a estos tres científicos, "reconocidos mundialmente por sus estudios innovadores sobre el dolor". De hecho, el acta del jurado destacó que estos tres "destacados investigadores" en el campo de la neurobiología sensorial han llevado a cabo descubrimientos que en conjunto "permiten una comprensión más profunda de las bases celulares y moleculares de las diferentes sensaciones, en especial la del dolor". Sus aportaciones han permitido identificar dianas moleculares a las que dirigir una nueva generación de medicamentos específicos para el tratamiento selectivo de diferentes tipos de dolor, especialmente el crónico y han abierto "vías esperanzadoras para paliar un mal que afecta a la calidad de vida de millones de personas".
perfiles.

David Julius (Broklyn, EEUU, 1955), bioquímico y director del departamento de Fisiología de la Universidad de California, ha proporcionado pruebas de la existencia de un subtipo de neurona sensorial que responde a un amplio espectro de estímulos físicos o químicos de intensidad suficiente para causar dolor. Además ha identificado el canal TRPV1, un hallazgo importante para el tratamiento del dolor crónico, los síndromes inflamatorios asociados a la artritis, el cáncer o el asma.


Por su parte, el bioquímico y genetista israelí Baruch Minke es profesor de la Universidad Hebrea de Jerusalén desde 1987 y fue el primero en identificar una nueva clase de canales iónicos, llamados TRP, que son componentes fundamentales de los sensores biológicos y están implicados en la percepción del dolor, de las feromonas, de la sensación térmica o de la regulación cardiovascular. La tercera, Linda Watkins (Virginia, EEUU 1954), profesora del departamento de Psicología y del Centro de Nerociencia de la Universidad de Colorado, descubrió un nuevo agente del dolor, las células nerviosas no neuronales, que son claves en los estados de dolor patológico y los provocados tras una lesión nerviosa. Tras conocer el fallo, Minke explicó que el premio es "un tributo que indica la relevancia y la importancia del trabajo científico independiente para avanzar en el bienestar de la humanidad". Julius también valoró esta distinción que reconoce las "contribuciones a las ciencias de la vida".


Los descubrimientos de Julius, Watkins y Minke se impusieron en las últimas votaciones a los otros dos finalistas, el genetista Fred H. Gage y la microbióloga Rita Colwell. Su candidatura había sido propuesta por el neurobiólogo mexicano Ricardo Miledi, que obtuvo el Príncipe de Asturias en 1999, y recibió el apoyo de seis investigadores de los ámbitos de la Fisiología, la Medicina y la Química distinguidos con el Premio Nobel.

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