El príncipe Guillermo, segundo en la línea de sucesión a la Corona británica, se casará el próximo año con su novia, Kate Middleton, según informó hoy Clarence House, residencia oficial del príncipe Carlos.
Al dar a conocer el compromiso del príncipe, Clarence House indicó que la boda se celebrará en la primavera o el verano de 2011, en Londres, sin precisar más sobre el lugar.
Guillermo y Kate, ambos de 28 años, se comprometieron el pasado octubre mientras pasaban unas vacaciones en Kenia, y el príncipe ha informado a la reina Isabel II y a sus familiares.
El hijo del príncipe de Gales -que pidió la mano de Kate al padre de la joven, Michael Middleton- conoció a su novia en el año 2001 mientras ambos empezaron a estudiar historia del Arte en la Universidad de St Andrews (Escocia), aunque Guillermo decidió abandonar esa carrera para pasarse a Geografía.
"El príncipe de Gales está encantado de anunciar el compromiso del príncipe Guillermo con Catherine (nombre completo) Middleton. La boda se celebrará en la primavera o verano de 2011, en Londres", indica el comunicado real.
Una vez casados, la pareja vivirá en el norte de Gales, donde el príncipe continuará prestando sus servicios en la Real Fuerza Aérea británica (RAF).
Desde hace varias semanas la prensa ha conjeturado con la posibilidad de que la Casa Real estaba a punto de anunciar el compromiso de la pareja.
Tras conocerse la noticia, el primer ministro británico, David Cameron, dijo estar "encantado" por la pareja y les ha enviado los mejores deseos para el futuro. El líder de la oposición, el laborista Ed Miliband, también manifestó su alegría y dijo que "todo el país les desea la mayor de las felicidades".
El año 2011 marcará treinta años desde que los padres de Guillermo -el príncipe Carlos y Diana de Gales- se casaron en la catedral de San Pablo, en Londres, matrimonio que terminó años después en divorcio.
El príncipe Guillermo debió solicitar el permiso a la reina Isabel II para comprometerse con Kate Middleton, según una legislación que data del siglo XVIII.
La Reina debió firmar una nota de aprobación bajo el titular del Gran Sello del Reino, en virtud de la Ley de Matrimonios Reales de 1772, que obliga a los descendientes del rey Jorge II a obtener el consentimiento del soberano antes de contraer matrimonio.
Isabel II de Inglaterra sólo hubiera negado su visto bueno a Guillermo si el primer ministro británico, David Cameron, hubiera desaconsejado la boda.
Además, la Casa Real británica habrá informado ya del compromiso a los miembros del Gobierno, a los líderes de la oposición y al Arzobispo de Canterbury, Rowan Williams.
Según manda la tradición, incluso con la aprobación de la Reina, la única manera de que la boda no llegase a celebrarse es si las dos cámaras del Parlamento -Comunes y Lores- se manifiestan en contra en los próximos meses, algo considerado improbable que suceda.
La religión es un factor importante en este caso porque en virtud de una ley de 1701, los miembros de la Familia Real que figuran en la línea de sucesión al trono deben ser anglicanos. En caso de que Guillermo hubiera querido casarse, por ejemplo, con una joven católica hubiera tenido que renunciar a sus derechos a la sucesión a la Corona.
Eso sucedió con el príncipe Michael de Kent (primo de Isabel II) en 1978, ya que como decimosexto miembro de la línea sucesoria debió renunciar a sus derechos para casarse con la baronesa Marie-Christine von Reibnitx, conocida ahora como princesa Michael of Kent, ya que ésta es católica.