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El principio más lógico y más prometedor

LA CONTRACRÓNICA. El Betis cayó en un estadio donde casi todos pierden desde hace dos años. Lo mejor es que los indicios apuntan a un buen año de fútbol en verdiblanco.

el 18 ago 2013 / 23:03 h.

nosa1 Nosa, que cuajó un buen encuentro, pugna con Modric / Marcamedia La vida no cambia en el estadio Santiago Bernabéu, ese templo del fútbol mundial donde moran tantos dioses que hasta en el Olimpo deben de sentir envidia. Perdió el Betis, sí, pero allí, al final de La Castellana, en el coliseo al que cada dos por tres acuden invitados como jefes de Estado, ministros, altísimos ejecutivos y, en definitiva, figurones varios, se coló el humilde equipo de Pepe Mel con su presupuesto low cost, sus 3.000 y pico aficionados y su planteamiento de casi siempre, valiente, osado, suicida por momentos, y complicó un mundo el debut liguero a esa galaxia de megaestrellas que es en sí misma el Real Madrid de Carlo Ancelotti, que ganó porque todos los años tiene muchas figuras y cualquiera, en un momento dado, resuelve el entuerto de turno. Sufrió Carleto, el hombre con un ojo a la virulé, ante un adversario que promete un buen año de fútbol si Cedrick completa su velocidad con un poco de egoísmo goleador, si Nosa confirma que será el eje del equipo, si la defensa corrobora la coordinación que exhibió en la ejecución del fuera de juego... y si Rubén Castro se recupera alguna vez de lo que quiera que tenga, claro. La derrota del Betis era lo normal. Mel siempre había ganado el primer encuentro de Liga como entrenador verdiblanco, pero esa racha de tres choques no es nada comparada con la fortaleza que es el Bernabéu. Doce victorias consecutivas del Real Madrid, 32 partidos sin perder... Y quince años sin que las crónicas hablen de un triunfo verdiblanco, que esa es otra. La vida también sigue igual para los árbitros en el feudo madridista. Jesús Gil no la cambió y decidió no ver un penalti de Carvajal a Cedrick. El intento de hurto no llegó ni mucho menos a robos históricos y recientes, como los de Pino Zamorano en el Camp Nou, Pérez Lima en Montjuic o Álvarez Izquierdo ante el Atlético, pero para empezar tampoco está mal. Entre errores arbitrales, cansancios y la inevitable superioridad final del enemigo, el Betis cayó, batido por la mínima con un tanto de cabeza de un jugador que nunca había utilizado la testa para marcar un gol a tres minutos del final. La vida, por estos pequeños detalles, también sigue igual para el Betis.

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