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"El progreso de la ciudad va en contra del taxi"

Los taxistas debaten sobre las dificultades del sector y muestran sus reparos al recorte de vehículos del verano

el 16 jul 2011 / 20:51 h.

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La decisión sin precedentes de reducir el número de taxis en agosto o, lo que es lo mismo, dar más días de descanso a los trabajadores, no contenta a todos. “Esta forma de arreglar las cosas es un engañabobos”, afirma Antonio Romero, de 50 años, mientras varios de sus compañeros de la parada de la Plaza del Duque asienten. “Nosotros somos autónomos. Si nos dicen que nos quedemos en casa más días y a final de mes hemos trabajado 18 días, ¿quién nos paga el resto?”.


En lo que sí están de acuerdo con la Unión Sevillana del Taxi, el sindicato mayoritario, es en que la facturación en los meses de verano, julio y agosto, cae en picado. Vicente Castillejo, de 54 años, que espera a sus clientes en la parada de la Plaza de la Magdalena, asegura que en el mes de julio sus ingresos han caído un 50%. “Y los primeros 60 euros van para pagar el gasoil, el autónomo, el IVA... Eso sin contar los gastos del mantenimiento del coche”.


 Los taxistas también coinciden en que la medida no es, ni mucho menos, la solución para los problemas estructurales del sector. El principal, dejando a un lado la crisis económica, es el exceso de flota. “Sobran 600 taxis”, asegura Vicente Castillejo, una cifra que otro compañero, José Luis Millán, de 51 años, eleva a los 700.


Su otro caballo de batalla resulta bastante más difícil de solucionar. Antonio Romero lo resume en una frase: “El progreso de la ciudad va en contra del taxi”.  Se refiere a la peatonalización, tanto del Centro, con Plaza Nueva o la Avenida de la Constitución, como de calles muy transitadas como Asunción o San Jacinto. Eso ha provocado que carreras que antes eran cortas ahora se alarguen por el rodeo que tienen que recorrer. “En Plaza Nueva teníamos un goteo constante de clientes. Y en San Martín de Porres teníamos muchas carreras cortas que pagaban el mínimo para venir a La Magdalena. Ahora hay que dar un rodeo grande y el precio te sube a cinco euros. Esas ganancias las hemos perdido”, cuenta Vicente. Al peatonalizar, además, han perdido paradas, aunque los coches, como ellos recuerdan, son los mismos.

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