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El psicólogo Javier Urra dice que el 'Cuco' "sabe y calla" y recuerda que "ser menor no es ser un angelito"

el 23 feb 2011 / 13:22 h.

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El psicólogo forense y experto en menores Javier Urra ha asegurado  que el menor conocido como el 'Cuco', acusado de violar y asesinar a  la joven sevillana Marta del Castillo, ha demostrado una "suficiente  capacidad psicopática de distanciamiento para no decir la verdad y  callar dónde está el cuerpo", del mismo modo que ha recordado que  "ser menor no es ser un angelito".

En una entrevista concedida a Europa Press, Urra ha manifestado  que los jóvenes presuntamente involucrados en la muerte de Marta "son  conscientes de lo que han hecho y de su gravedad" y ha añadido que  "desde el primer momento han hecho un pacto de silencio" ante un  hecho que, "exactamente, solo conocen ellos". No obstante, ha  aseverado que el testimonio de los mismos cuenta con "poca  credibilidad", pues, ha dicho, "mienten seguro", de igual manera que  ha indicado que "no todos los jóvenes podrían cometer este tipo de  hechos dramáticos".

Al respecto, ha apuntado que su experiencia tras llevar 30 años  trabajando con niños en conflicto -actualmente desarrolla su labor  en la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia y Juzgados de  Menores de Madrid- le ha hecho saber que "se puede ser perverso y se  puede mantener ese silencio", así como "el sufrimiento que están  generando", lo que constituye una "prueba inequívoca de una profunda  psicopatía y de una gran distancia emocional".

En esta línea, el psicólogo ha argumentado que, "a veces, no son  jóvenes cualquiera", ya que, ha afirmado, "la inmensa mayoría no  habría aguantado esa presión, ni tan siquiera asesorados por un  abogado o por un hermano mayor". Al hilo, ha hecho alusión al  "machismo y celos implícitos no canalizados" entre las posibles  causas que pudieran haber generado el asesinato de Marta del  Castillo.  

"SENTIR, DE VERDAD, LA CULPA"

Según Urra, tras haber sido juzgado, el 'Cuco' "tiene que asumir  su culpabilidad" y después "pedir perdón, pero no simplemente  decirlo, sino sentir el sentido de culpabilidad de verdad", el cual  "puede arrastrar durante toda la vida". Además, ha hecho hincapié en  que en primera instancia, antes de intentar la reintegración del  menor en la sociedad, "hay que cambiarlo y a partir de ahí buscar la  sanción, un castigo que tiene que servir para un cambio cognitivo, de  vida, de sentimiento".

En este sentido, ha puntualizado diciendo que "tienen que ser  chicos que se pregunten un día si su propia vida merece la pena",  pues, "aunque esto es terrible, terapéuticamente se tendría una  cierta esperanza, se habría dado cuenta de que lo que ha hecho es  irreversible y que el daño es atroz".

Así, ha indicado que "hay que reeducar al menor" en situación de  conflicto, buscando la fórmula de que "sea lo más duramente  sancionado porque creo que es educativo" y ha recordado que "a veces  la sanción es un derecho, puesto que una infracción que no se  sanciona es muy malo para la persona, la cual puede volver a  repetir".  

LOS PADRES DE LOS AGRESORES


Por otra parte, Javier Urra ha recomendado que los padres de los  agresores menores "pidan públicamente perdón por lo que ha hecho su  hijo", algo que según el psicólogo navarro supondría de cara a la  familia del agredido/a y también de cara a la sociedad "un gesto  conciliador".

En cuanto a la sociedad española, Urra ha señalado que "necesita  una respuesta", pues este caso "no está cerrado". Así, ha traído a la  memoria otros casos como el crimen de Alcácer, en el que tres chicas  de 14 y 15 años de la citada localidad valenciana fueron  secuestradas, violadas, torturadas y finalmente asesinadas en 1992,  caso este que "dejó una marca" entre los españoles.

Por último, el doctor en Psicología ha expresado que "las víctimas  de estos sucesos son la familia pero también la sociedad, que se está  dando cuenta de lo difícil que es la Justicia" y ha añadido que "al  final la sociedad coge miedo porque piensa que hay muchos casos de  este tipo, cuando en realidad no hay tantos, aunque, lo que sí es  verdad es que los que pasan son muy graves y tienen una gran  repercusión", ha concluido.

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