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El PSOE alienta en Sevilla el miedo a una 'derecha extrema y mentirosa'

El PSOE estrenó su campaña en Sevilla con un mensaje claro: el contraste entre un modelo de "derecha extrema y mentirosa" y un proyecto "radicalmente de izquierdas".

el 15 sep 2009 / 00:31 h.

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El PSOE estrenó su campaña en Sevilla con un mensaje claro: el contraste entre un modelo de "derecha extrema y mentirosa" y un proyecto "radicalmente de izquierdas". Dos planteamientos opuestos y el miedo al regreso a la época de Aznar. Las elecciones autonómicas quedaron en un segundo o tercer plano.

Como en cualquier acto electoral al que acude en Sevilla, la estrella fue Alfonso Guerra. Vinculó al PP con el franquismo, detalló las grandes polémicas surgidas en la etapa de Aznar y arremetió contra los planes de los populares sobre inmigración, empleo o medio ambiente: "La derecha se ha arrinconado y se ha acercado a la derecha más extrema. El referente de extremismos europeos como el belga. Al PP no se le puede votar".

Sus palabras, alentando el miedo a la derecha más extrema como arranque de su campaña como cabeza de lista al Congreso por Sevilla, estuvieron precedidas de un mensaje de apuesta por un modelo aún más de izquierdas. El cabeza de lista al Parlamento andaluz, José Antonio Viera, fue el encargado de transmitirlo: "Tenemos un proyecto que es radicalmente de izquierdas frente a la derecha más rancia".

Viera concretó sus críticas en la cabeza de lista del PP al Congreso Soledad Becerril: "La marquesa dice que Andalucía es una región subsidiada. Debe ir a los barrios y ver la Andalucía en la que vive".

Los discursos de Viera, de Guerra y de las números dos al Parlamento y al Congreso -Susana Díez y Carmen Hermosín- se realizaron ante dos grandes soportes digitales con la imagen de Zapatero. En él se centraron la mayoría de los mensajes. El PSOE de Sevilla dedicó, en el inicio de su campaña, sus esfuerzos en los comicios legislativos. La foto de Chaves estaba a un lado, apenas salió su nombre.

Como estaba previsto, los comicios se han solapado. Al menos, en el primer acto socialista.

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