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El PSOE andaluz cierra la sucesión de Chaves en 48 horas

El proceso de sucesión en Andalucía se ha abierto y se ha cerrado en prácticamente 48 horas. Tantas especulaciones cebadas durante los últimos años han quedado en agua de borrajas. Finalmente, ha sido Chaves quien ha propuesto al candidato a sucederle, José Antonio Griñán, actual vicepresidente segundo de la Junta de Andalucía.

el 16 sep 2009 / 01:02 h.

El proceso de sucesión en Andalucía se ha abierto y se ha cerrado en prácticamente 48 horas. Tantas especulaciones cebadas durante los últimos años han quedado en agua de borrajas. Finalmente, ha sido Chaves quien ha propuesto al candidato a sucederle, José Antonio Griñán, actual vicepresidente segundo de la Junta de Andalucía. No hay por lo tanto una imposición desde Madrid ni un descabalgamiento de Chaves al modo en el que sus detractores lo comentaban y deseaban. La invitación de Zapatero a Chaves para que se incorpore a su gobierno para ejercer tareas políticas puras relacionadas con cuestiones territoriales provocó el siguiente movimiento, que estaba más ensayado y pactado con las direcciones federales y regionales del PSOE y por supuesto con el propio presidente del Gobierno de lo que parecía previsible, dado que, hasta el último minuto el PSOE y el propio Chaves han trabajado con la hipótesis de la reedición de la candidatura de éste. Pero no son pocas las ocasiones en las que la realidad política sólo permite gestionar con éxito los próximos 15 minutos.

El relevo de Griñán ofrece varias virtudes. La más relevante es que se trata de un político eficaz, lúcido y con la experiencia suficiente para conducir la nave del gobierno andaluz. Es a la vez la voz más autorizada para transmitir desde la Junta el mensaje de confianza y credibilidad que reclaman los andaluces en esta coyuntura de profunda crisis económica, con repercusiones durísimas para el desempleo en Andalucía. Su ascenso a la presidencia tampoco representa un cambio brusco en la sustancia del gobierno andaluz, aunque lógicamente el futuro presidente tendrá su impronta y su propio equipo, un tono personal para afrontar las cosas, una manera propia de entender las relaciones internas del Ejecutivo y la conexión con la sociedad. Previsiblemente, su designación será bien recibida por las ocho agrupaciones del PSOE andaluz y por el común de los ciudadanos.

Griñán tiene prestigio, conocimiento, experiencia y crédito. Es, en este momento, la mejor opción para el PSOE.

Su llegada a la presidencia de la Junta en plena legislatura exige su nominación in pectore como candidato en 2012. De no ser así, difícilmente soportaría los tirones internos y la crítica de la oposición, que lo conminaría al papel de un mero hombre de paja. Y no se trata de eso. Es lo contrario: la apuesta del PSOE para mantener el gobierno en Andalucía por muchos años, con permiso, claro está, del PP, que no parece dispuesto a regalar la partida, pero bajo ningún concepto puede entender como una operación de interinidad de tres años para volver a reabrir un debate complejo.

Con Griñán se anuncian nuevas caras en el Gobierno, lo que supone el adiós de otras más veteranas: Gaspar Zarrías se marcha a Madrid con Chaves y Vallejo podría salir también del Ejecutivo. Tiene a su vez el futuro presidente la responsabilidad de caminar hacia el relevo generacional a partir de los nuevos equipos que comience a configurar y dentro de los cuales habrá personas con la experiencia suficiente y la capacidad de liderazgo para afrontar retos futuros. No parece, en ningún caso, que Griñán vaya a limitarse a administrar las decisiones y las políticas adoptadas por su antecesor. Lo que ha llegado es un cambio en toda regla, aunque el discurso del relevo generacional que el propio Chaves blandió en multitud de ocasiones, ciertamente, ha quedado orillado. También es cierto que la edad del futuro presidente (62 años) no parece ser una preocupación de los andaluces. Antes que el carné de identidad, a Griñán habrá que examinarle por la eficacia de sus políticas y el resultado de su gestión.

Respecto al futuro de Chaves, adelantado por informaciones aventadas desde Madrid, se aclarará oficialmente mañana, pero todo indica que asumirá un peso político estratégico en el gabinete de Zapatero. Tiempo habrá para analizar su nuevo papel político. El PSOE andaluz ha roto de momento el tabú de la sucesión y en estos primeros compases parece estar administrándola con sentido común y sin sobresaltos. Es el único camino que le sirve. Después, Griñán, con su trabajo, tendrá que convencer a propios y ajenos de que su designación fue un acierto.

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