Después de que el Gobierno municipal y la empresa firmaran el acta de recepción el 15 de junio, en la que se especificaba que se hacía entrega de las instalaciones con "todos su accesorios y pertenencias", Detea se encontró cuatro días más tarde con un local totalmente "desmantelado y en estado ruinoso", explicó Espadas. Según la cronología y un informe de la empresa de seguridad de Cartuja ‘93, la sustracción de elementos ocurrió justo antes de la entrega del inmueble por parte del Ayuntamiento de Sevilla.
Pese a que la responsabilidad hasta el día de la firma era del Consistorio, éste no ha respondido a ninguna de las peticiones que ha solicitado la empresa al ver los desperfectos, cifrados por la propia Cartuja'93 por un coste que ronda los 1,5 millones de euros.
Espadas aseguró que no tiene palabras para calificar lo ocurrido y, sobre todo, el rechazo del PP a debatir los hechos en el pleno del pasado viernes. Según el portavoz socialista, será la Polícia Nacional, encargada de la investigación, la que ponga "los adjetivos". No obstante, el socialista tildó de "muy grave el avergonzante silencio del Consistorio" y subrayó que la empresa está sorprendida por "el desinterés" municipal. "De esta forma, Zoido destroza toda trasparencia de la que presume", criticó.
Ante el "absoluto silencio", el portavoz socialista exigió una explicación. En este sentido, quiere saber si el Ayuntamiento está investigando el expolio y qué Delegación del Gobierno municipal era la responsable del edificio hasta que se produjo la firma. Desde el Ayuntamiento insisten en que no se actuará hasta que la Policía Nacional de por finalizada la investigación. No obstante, la Delegación de Patrimonio, Movilidad y Seguridad sí ha abierto un expediente sobre el expolio.
Entre los elementos sustraídos del edificio se encuentran generadores de energía, máquinas de aire acondicionado e incluso grifería de sanitarios, entre otros. Según Espadas, estos materiales podrían reutilizarse, por lo que reclamó a Zoido que le constatará dicha información.
Detea compró el edificio municipal por nueve millones. Antes, en mayo, personal de la empresa visitó las instalaciones para comprobar su estado. Todo estaba en orden por lo que se contempló la posibilidad de trasladar parte de sus oficinas. Un mes de después, Ayuntamiento y empresa firmaban el acta de entrega. Solo cuatro días más tarde, cuando el personal de Detea se dirigió al edificio, se toparon con el expolio.
Según el informe de la empresa de seguridad, la Policía Local estuvo trasladando archivos hasta el pasado 11 de junio. Pese a que los dos siguientes días,no se percibió ningún tipo de actividad dentro del edificio, el día 14 ya se percibió la presencia de chatarreros e incluso se procedió a la persecución de uno de ellos.
