Cien días. Mientras Juan Ignacio Zoido cumple cien días en el gobierno , el PSOE se enfrenta a la conmemoración de los cien días de su debacle en Sevilla , y en casi todos los grandes municipios de la provincia (salvo Alcalá y Dos Hermanas). La conferencia política partía con un objetivo de autocrítica, reflexión y cambio de discurso. Su documento de partida incluso miraba hacia el 15-M, abogaba por una refundación de las agrupaciones y por una estructura más próxima a las bases y a los ciudadanos: "Las agrupaciones deben revitalizarse, ser centro de debate y formación (...) Debemos hacer que la militancia política sea atractiva"... La primera prueba era la elaboración de las listas al Congreso, y el proceso escogido no ha encajado precisamente con este mensaje. "Estas asambleas no sirven para nada, no se vota, y se hacen propuestas cuando la Ejecutiva ya ha tomado las decisiones. Además, a dos meses de las elecciones, ¿qué vamos a decir?", resumen dirigentes de todas las corrientes del partido. Lo cierto es que se han hecho propuestas de todo tipo en asambleas casi vacías en las que ni siquiera se ha votado la candidatura y en las que el ambiente de derrota era tal que sólo los más optimistas daban importancia a más de seis puestos de la candidatura. Poco de 15-M ha habido en el proceso.
La lista. La particular aplicación del criterio de renovación también ha contribuido a extender el movimiento crítico contra la dirección. Alfonso Guerra es un símbolo y ha liderado la victoria en Sevilla en varios comicios, pero al mismo tiempo no refleja un nuevo discurso del PSOE y su efecto arrastre ya no sirvió en las últimas municipales (aunque ahora sí ha anunciado que se centrará en la provincia). En cuanto a José Antonio Viera, su inclusión como número dos y su anuncio de que volverá a repetir en el Congreso de 2012, devuelven al partido al punto del que quería salir tras los últimos comicios: el pulso interno orgánico. Las direcciones provincial y regional lo defienden como una puesta en valor de los líderes del partido en un momento difícil. Aunque caben otras interpretaciones. Sobre todo si se da credibilidad al relato que atribuye a Viera una tajante promesa en una ejecutiva del mes de septiembre: "No me iré al Congreso". Pero el pulso lo ganó el Regional, que se asegura que Viera siga aforado y que no esté en primera línea en las elecciones autonómicas. Pero de aquí al Congreso quedan muchos meses y dos elecciones. De momento, han sido varias las corrientes que han promovido propuestas en las asambleas. Por un lado José Antonio Viera; por otro Susana Díaz (con nombres como Soledad Cabezón y José Manuel Girela); por otro los críticos (con Hermosín, Monteseirín o Naranjo) y, por otro, la asamblea de progresistas que trata de hacerse su hueco en la provincia (con nombres como Aurora Atoche o José Manuel Cervera).
Semana de la movilidad. Ha querido el calendario que estos cien días de gobierno coincidan con la Semana de la Movilidad. Unos días de sensibilización y concienciación que son un símbolo. Hace un año, coincidiendo con esta fecha, se planteó la Ciclovida, una fiesta del peatón que restringía el tráfico en la Ronda una vez al mes y que fracasó en su primer intento. Al mismo tiempo, se realizaban las pruebas de las cámaras que, en un debate que el gobierno nunca supo encauzar, iban a restringir el tráfico en el casco histórico, y se trabajaba en la celebración del Velo-city que se realizó en 2011. Por primera vez, en varios años hubo hasta consenso entre los colectivos y el gobierno local sobre los planes a seguir. El escenario ha cambiado por completo ahora: el gobierno viene de hacer un llamamiento expreso a la circulación por el casco histórico, sigue sin anunciar medidas de movilidad alternativas y tiene enfrente a los colectivos que abanderan la movilidad sostenible. Quizá el propio gobierno haya resumido esta evolución en su carta de presentación de la Semana de la Movilidad: "Sevilla necesita parar y reflexionar sobre el camino que debe seguir". Habrá quien dude de que este proceso pueda permitirse el parón. Este parón para reflexionar es quizá la única vía que tiene el gobierno local para afrontar cualquier debate sobre movilidad. La sostenibilidad no es ya una bandera ni de la izquierda ni de la derecha, y nadie quiere renunciar a ella. De ahí que, el PP que ha cuestionado casi todas las iniciativas de peatonalizaciones se haya esforzado por organizar ahora hasta el Día sin coche. Es más, el programa con- templa rescatar la Ciclovida. Con otro nombre: el Paseo vivo, y con otro itinerario: el Paseo Colón. ¿Dedicará esta semana el gobierno a defender que los ciudadanos deben abandonar el coche privado para las distancias cortas y usar medios de transporte alternativos? De momento, eso parece por el listado de objetivos que se han remitido a la organización internacional que promueve la Semana de la Movilidad y por los "avances" de la ciudad que el PP reconoce.
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