La sanidad ha sido el último campo explotado por el PSOE en su precampaña electoral. El ministro Bernat Soria anunció ayer que, si los socialistas revalidan el mandato, establecerá por real decreto los tiempos máximos de las listas de espera. Dichos plazos serán siete días para el diagnóstico, 15 para el especialista y 90 para operaciones.
El titular de Sanidad manifestó este compromiso desde Albacete, una propuesta similar a la implantada en algunas comunidades autónomas, como Andalucía, que fue la primera en adoptar este sistema. Soria tomó, no obstante, el ejemplo de Castilla La Mancha, que establece para el paciente una espera máxima de siete días para realizarse las pruebas de diagnóstico, 15 para la visita al especialista y 90 para las intervenciones quirúrgicas.
El ministro de Sanidad puntualizó que la decisión final será "un proceso de consenso con todas las comunidades autónomas". El titular de Sanidad justificó esta propuesta en la necesidad de que los ciudadanos de cualquier región española "no tengan que esperar semanas o meses para ser atendidos".
Soria desveló, por otra parte, que en el programa electoral del PSOE está previsto un paso más en el proceso de calidad asistencial y, en este sentido, volvió a aludir a Castilla La Mancha al asegurar que "copiarán" el sistema que garantiza un porcentaje más alto de habitaciones de uso individual. Ello permitirá que los pacientes, en un momento tan complicado como es estar en un hospital, disfruten de cierta comodidad adicional y de que sus familiares estén cerca, "con el fin de que su situación se resuelva no solamente desde el punto de vista médico, sino también más humano", explicó.
Desde cataluña. La precampaña electoral del PSOE estuvo ayer dividida entre Albacete y Barcelona. Desde Hospitalet de Llobregat, el presidente del Gobierno y líder del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, reconoció que necesita una "victoria amplia" en Cataluña para frenar al PP tras advertir de que CiU no se define entre un PSOE que ha apoyado a la comunidad y un PP que ha ido "en contra" de los intereses y de la identidad catalanes.
Unos 2.200 militantes y simpatizantes del PSC escucharon la intervención del líder socialista, en un mitin en el que estuvo acompañado de la cabeza de lista del PSC en las generales, la ministra Carme Chacón. Zapatero se comprometió con el presidente catalán, José Montilla, a seguir trabajando juntos desde el Gobierno y la Generalitat al margen de posibles alianzas postelectorales.
