El proceso de renovación de la dirección del PSOE de Sevilla se ha abierto ya oficialmente. Antes del mes de agosto, y a lo más tardar en los primeros días de septiembre, se habrá modificado tanto la ejecutiva provincial –cuyo congreso se convocará entre el 13 y el 19 de junio– como las decenas de agrupaciones locales socialistas que se renovarán antes del mes de agosto o, a lo más tardar, en los primeros días de septiembre. La planificación ya está aprobada en el comité director andaluz, aunque la gestora debe concretar los detalles el próximo lunes. El censo será el mismo que en el último congreso federal, la reestructuración de fondo del partido quedará para más adelante y el procedimiento vinculará la suerte de todas las estructuras de poder orgánico. Sólo queda ahora desvelar si esta vez únicamente llegará una lista al congreso. Y, de momento, son muchos los dirigentes socialistas que reducen al mínimo las posibilidades de que haya una alternativa a la lista que impulse la aún número dos del PSOE-A, Susana Díaz, y Fernando Rodríguez Villalobos.
El propio formato del proceso de votaciones apunta hacia esa lista única en el congreso provincial ante las dificultades que genera para cualquier propuesta alternativa. Las asambleas de las distintas agrupaciones locales, que se celebrarán en la segunda quincena de mayo, deberán votar a la vez las listas de delegados que posteriormente podrían ir al congreso regional y la listas de los representantes que votarán en el congreso provincial ordinario. Esto es que ambos procedimientos quedan de nuevo vinculados, de forma que cualquier movimiento que se articule en clave provincial difícilmente conseguirá desvincularse del debate regional. “¿Y quién se atreve ahora a ir contra Griñán después del resultado de las elecciones autonómicas y de la situación en la que han quedado quienes apoyaron a Rubalcaba?”, resume un dirigente del partido.
Las asambleas de dentro de poco más de una semana serán, por tanto, el termómetro definitivo que medirá la situación actual del PSOE de Sevilla y si el equilibrio de fuerzas existentes permite esta vez que el pulso llegue hasta el congreso provincial. De momento, sólo hay una corriente cohesionada, a la que sólo le falta que le confirmen el nombre al que tienen que respaldar en las votaciones, la que se aglutina en torno a Susana Díaz. El resto del partido, que hizo un amago de unificación en el último congreso federal en torno a la figura de Alfredo Pérez Rubalcaba vuelve de momento a ser una serie de sectores, más o menos numerosos, pero sin un referente claro aún.
La única opción de estos sectores, una candidatura encabezada por los alcaldes que en su momento se unieron en contra de la dirección regional y a favor de Rubalcaba, pasaría porque regidores como el de La Rinconada, Javier Fernández, o el de Alcalá de Guadaíra, Antonio Gutiérrez Limones, decidieran dar un paso al frente. Y, momento, eso no parece que vaya a suceder en estas semanas.
En el otro sector, el que se aglutina en torno a la actual dirección regional, todos aguardan la propuesta que parta de Susana Díaz. Sea o no su nombre el que encabece definitivamente la candidatura. De momento, el argumento es claro: “Para nada es incompatible con la Consejería de Presidencia, y para demostrarlo ahí está el caso de Gaspar Zarrías”. Y si no es ella hay otros nombres que empiezan a aparecer en las quinielas, como el del propio presidente de la Diputación, Fernando Rodríguez Villalobos, quien ha ejercido en estos meses de interinidad como la única voz con contundencia del partido para defender intereses de los alcaldes socialistas de la provincia en debates como el PER o los planes de ajuste.
Sea quien sea el nombre, en un mes, el próximo mes de julio, este sector tiene en sus manos dar un vuelco al poder orgánico en Sevilla. Y no sólo por la dirección provincial, sino también por las muchas agrupaciones en las que se prevé ya un relevo.
