La trifulca entre PSOE y PP en temas educativos continúa al margen del pacto que consensuaron los tres partidos del Parlamento para mejorar la escuela. El enfrentamiento se limita ahora a las cifras de inversión. El día en que el presidente de la Junta, José Antonio Griñán, presentó los portátiles en un colegio de las Tres Mil, en Sevilla, el PP le reprochó que invirtiera dinero en ordenadores en vez de en cosas importantes, como eliminar caracolas.
Desde la dirección del PSOE-A, el secretario de Organización, Rafael Velasco acusó ayer a Javier Arenas, presidente del PP-A, de no "ocultar su aversión a la igualdad de oportunidades" que ha fijado la Junta como prioridad en su política educativa, y aseguró que la respuesta del líder popular al desarrollo del plan Escuela TIC 2.0 es "patética y extemporánea". "Lo que más molesta a Arenas es que se haya implantado en los centros sin distinción", dijo en un comunicado, y añadió que el "clasismo y señoritismo" de Arenas "le impiden aceptar que los niños del Polígono Sur puedan acceder a estas tecnologías". Los reproches de Arenas a los portátiles provocaron una respuesta inmediata de la Consejería de Educación, que emitió un inusual comunicado para defenderse de las críticas.
El PP volvió ayer a tildar la medida de efectista y exigió a la Junta que destine los 122 millones de euros consignados para educación en los presupuestos para 2010 y vinculados al cobro de la deuda histórica a erradicar las 723 aulas prefabricadas (caracolas) aún existentes. La portavoz popular, Esperanza Oña, dijo que el dinero de la deuda serviría para construir 59 colegios nuevos. La consejera de Educación, Mar Moreno, volvió a defenderse, desde Jaén, y acusó al PP de "crear confusión" en torno al cobro de la deuda histórica.
