Los socialistas andaluces acudirán a las urnas el 25 de marzo con un programa marco sin medidas estrella, bastante inconcreto y que sitúa la recuperación económica y del empleo como su máxima prioridad. La defensa de lo público y del Estado Autonómico frente a los "ataques de la derecha", la apuesta por una educación igualitaria y la progresividad fiscal son sus grandes propuestas. En plena tormenta por el escándalo de los ERE, un caso en el que hay imputados varios cargos socialistas, el PSOE-A promete "tolerancia cero" ante la corrupción, "caiga quien caiga". Es un "riesgo" que puede aparecer en cualquier gobierno, según los socialistas, pero reivindican que están investigando y que no tienen a ningún alto cargo condenado.
En un primer apartado del texto, colgado ayer en la web del partido para acallar el ruido por las listas y que será refrendado en la convención de los días 18 y 19 en Málaga, el PSOE-A pone en valor la "transformación de Andalucía" en 30 años de gobiernos socialistas. Los "abusos de 30 años de poder" es el principal argumento del PP en la campaña. La formación de José Antonio Griñán reconoce que la tasa de paro en Andalucía es "dramática" (31,2%) y admite autocrítica en la previsión de la crisis. "Hoy sabemos que tendríamos que haber hecho más", reza el documento, supervisado por expertos universitarios. Eso sí, arremete contra las medidas de Rajoy y deja claro que "no existen varitas mágicas" para crear empleo.
Su receta imprecisa para remontar la economía pasa por cerrar una Agenda por el Empleo, un gran pacto que involucre a administraciones y organizaciones, por fomentar la innovación, la cultura emprendedora, una construcción sostenible y por explotar la industria aeroespacial, la economía verde o el turismo. A diferencia del prolífico programa educativo de hace cuatro años, cuando la crisis no asomaba y había un gobierno amigo, el PSOE-A no incorpora ninguna nueva medida pero, eso sí, da continuidad a programas como la gratuidad de los libros de texto, la beca 6000 o las guarderías.
En materia de financiación, critica la aplicación del actual modelo porque "perjudica gravemente a Andalucía". Los socialistas mantendrán la política fiscal de gravar más a quienes más tienen y más contaminen, recuperarán el Impuesto de Patrimonio y se plantean, siguiendo el modelo de Cataluña, reclamar al Estado la gestión de la casilla de fines sociales del IRPF para que los andaluces puedan decidir adónde va su dinero.
