El alcalde de Pilas, Jesús María Sánchez (PSOE), puso fin a su pacto con IU y gobernará en minoría hasta que finalice su mandato en 2015, sobre todo después de que el PP, el único partido que podría arrebatarle el bastón de mando, disipó cualquier atisbo de volver al poder. Ni pactará ni planteará una moción de censura para arrebatarle la Alcaldía. Por lo tanto, se abre un nuevo camino en Pilas en el que la acción de gobierno del PSOE está sujeta a acuerdos puntuales que alcance con una formación u otra. Sobre todo con el PP, dado que la relación de IU se ha ido deteriorando, sobre todo a partir de la renuncia por motivos familiares, hace menos de un año, del edil de IU José Pedro Cabello.
La difícil relación del alcalde y la hasta ayer número dos del Gobierno municipal, Marisol Suárez (IU), era pública y notoria. No se ocultaba ni en los mítines, donde IU esgrimía sus diferencias con alguna de las políticas emprendidas por su socio. El último y definitivo distanciamiento tuvo lugar con los presupuestos. La coalición de izquierdas quería aplicar una rebaja importante en la asignación a partidos políticos y eliminación de cargos de confianza -entre los que figura la secretaria del alcalde- para destinar a las políticas de empleo y de asuntos sociales. Por su parte, el PSOE no se oponía al recorte a los partidos -al final se aprobó ayer la reducción del 7%-, pero no más, ya que eso sería cerrar estas sedes, que además de ser el lugar de reunión de las formaciones políticas es centro de actividades y donde se imparten cursos gratuitos, según el regidor.
La ruptura total se produjo el jueves por la tarde, cuando llegó a oídos del PSOE, por parte de "históricos de IU", que iban a presentar una enmienda para que no hubiera concejales liberados y después otra propuesta para tumbar los presupuestos, como respuesta a la negativa de no aplicar sus medidas de ahorro. El alcalde, que señaló ayer en Pleno que estaba "cansado de chantajes", se dirigió entonces a los concejales del PP para cerrar in extremis que se abstuvieran en la votación de los presupuestos. "Si no llegan a aprobarse, habrían supuesto un varapalo, sobre todo ahora que, con el plan de ajuste y sin unos presupuestos aprobados, corríamos el riesgo de que nos retirarán los ingresos del Estado", defendió.
Los presupuestos salieron adelante con el voto a favor del PSOE (siete concejales) y la abstención del PP (ocho). IU, que presentó una enmienda a los mismos que fue rechazada, finalmente también votó a favor. Fue en ese Pleno extraordinario cuando Sánchez anunció que prescindía definitivamente del apoyo de IU. Las tareas de gobierno de los dos concejales serán asumidas por el alcalde hasta el lunes, cuando se reestructure el equipo de gobierno.
Desde IU, se remarcó que sus ediles se marchaban con la "cabeza bien alta" y acusaron al alcalde de "imponer el porcentaje de recorte que le dio la gana". "Queríamos destinarlo a políticas de empleo", dijo Juan Antonio Garrido (IU), que recordó los recortes en asuntos sociales.
Por su parte, el exacalde pileño y actual portavoz del PP, José Leocadio Ortega, optó por mantenerse al margen del problema. Apoyó los presupuestos, pero defendió que no era "un cheque en blanco". Además, recordó que ya había alertado de estas diferencias entre los socios de gobierno y que, al menos este mandato, se mantendrá neutral: ni pactará con el PSOE ni planteará una moción de censura con el apoyo de IU.
