Una foto: los 50 candidatos a las alcaldías de capitales y grandes ciudades con Griñán, Rubalcaba y Blanco. Es la imagen que eligió ayer el PSOE para arrancar una convención municipal en Sevilla en la que pretenden sacudirse los malos augurios de los sondeos y alardear de fortaleza interna en pleno bache electoral. Mayo será la primera gran prueba en las urnas desde que reventó la crisis (al margen de las elecciones catalanas) y quieran o no, los socialistas saben que en su contra juega el que las elecciones se conviertan en una moción de censura de los ciudadanos contra las políticas del Gobierno de Zapatero. Como admiten algunos dirigentes: "Está el peligro de que los alcaldes se lleven el bofetón".
Hay preocupación pero también "ganas", aseguran desde el partido. El reto lo fijó ayer con claridad en el Palacio de Congresos de Sevilla el secretario de Política Municipal, Antonio Hernando: "No salimos a empatar, salimos a ganar y vamos a ganar más gobiernos en las capitales". No es casual que el escenario elegido para este congreso sea Andalucía. En concreto, Sevilla. Los socialistas se la juegan en su granero de votos, en una capital donde jamás la derecha ha obtenido mayoría absoluta y donde estrenan candidato, Juan Espadas -estos días en el centro de la foto-.El secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, clausurará mañana y de nuevo la alargada sombra de su sucesión está caldeando el debate interno. Pese a que los socialistas no quieren que la incertidumbre sobre el candidato en 2012 dinamite el congreso de Sevilla como ocurrió hace varias semanas en Zaragoza, no pueden controlar el tema. Ayer los presidentes de Castilla-La Mancha, José María Barreda, y Extremadura, Guillermo Fernández Vara, resucitaron el debate. "Me parece que es absolutamente suficiente estar ocho años", dijo Barreda. "El futuro de Zapatero es un asunto difícil", señaló Vara.Pese al ímpetu del portavoz municipal socialista, en la dirección andaluza las expectativas ante las municipales son más moderadas. En el PSOE andaluz saben que mantener los votos que ganaron en 2007 sería ya una victoria. El gran objetivo es conservar los 2.000 concejales de diferencia que el PSOE andaluz sacó al PP (8,5 puntos a favor) y el gobierno de 488 de los 771 municipios andaluces. Más en el terreno de los símbolos que de los números, el reto con el que trabajan es lograr que el PP no los apee de ninguna de las tres capitales andaluces que gobiernan en coalición con IU: Sevilla, Jaén y Córdoba. Mientras que los populares de Javier Arenas dan por hecho su mayoría absoluta en las ocho capitales y trabajan en un detallado plan para robar protagonismo al PSOE en las ciudades medias, en las filas socialistas defienden que cabe la posibilidad de sumar la alcaldía de Huelva. La brecha es tan clara en Málaga, Almería, Cádiz o Granada que los socialistas no se atreven a cantar victoria en ninguna de estas capitales. Los gobiernos de grandes ciudades como Jerez también están en la cuerda floja.El congreso municipal debatirá las grandes propuestas que centrarán el programa electoral. Hoy inaugurará el secretario de Organización del PSOE, José Blanco y presidirán también mesas de trabajo los ministros de Política Territorial, Manuel Chaves, Medio Ambiente, Rosa Aguilar, y Trabajo, Valeriano Gómez. No es casual la presencia de la ex alcaldesa de Córdoba, que aunque como independiente, ha dejado ya claro que va a implicarse de lleno en la campaña para apoyar a los socialistas.
El PSOE-A confía en el tirón de la ministra, sobre todo en Córdoba.
Entre los deberes que se pondrá el PSOE en su programa figura en primer lugar la salida de la crisis. Uno de los mensajes más repetidos es que los ayuntamientos tienen que convertirse en "motores de la recuperación". El PSOE asumirá el compromiso de no llevar candidatos imputados por corrupción y propondrá fijar topes a los salarios de los alcaldes. Espadas aseguró que será "el congreso de las propuestas frente a las vuvuzelas del PP".
La secretaria de Organización del PSOE-A, Susana Díaz, defendió que van a "huir de la foto fácil" y avisó: "Venimos no a hablar de nosotros sino de los ciudadanos". En los últimos días, la investigación por la trama de falsas prejubilaciones financiadas por la Junta les ha aguado el discurso.