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El PSOE vota a favor del PP y en contra de IU

Moriña y Torrijos discuten y el alcalde, en segundo plano, se queda ‘solo’ en el Pleno.

el 28 ene 2011 / 21:19 h.

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La proximidad de las elecciones y la particular situación del Ayuntamiento con un grupo mayoritario divido entre Plaza Nueva y Luis Montoto genera peculiares alianzas: hubo más coincidencias entre los sentidos del voto de PSOE y PP que entre los dos socios de gobierno. Ha llegado el momento de los disensos pactados, de los distanciamientos entre los dos socios de gobierno para fidelizar a una parte de sus votantes –para los socialistas, los más moderados; para los de IU, los más extremos–. Señalan los grupos que las maniobras de alejamiento son mucho más leves este año que en 2007. Ahora hay menos margen, no hay un grupo socialista que tire claramente y Antonio Rodrigo Torrijos transmite la sensación de que a veces para porque sencillamente nadie le está siguiendo.

IU llevaba su estrategia claramente reflejada en sus mociones: trasladar al ámbito municipal las diferencias, cada vez más acusadas, entre su discurso a nivel nacional y el del PSOE: subida de las tarifas de la luz y reforma de las pensiones. Todo un escenario de debate alejado del ámbito municipal que obligó a Alberto Moriña a defender las políticas de José Luis Rodríguez Zapatero frente su socio de gobierno, con quien tuvo sus más y sus menos. El PP, como espectador, nada más que tuvo que mantenerse en un segundo plano y bloquear con sus abstenciones las mociones de la federación.

La estrategia de Juan Ignacio Zoido sí se centra en el ámbito local. En realidad, ni siquiera varía mucho ante la proximidad de las elecciones. El modelo de la propuesta irrechazable suele funcionar. Si el PSOE vota en contra, está avivando el discurso de su adversario en cuestiones que pueden llegar a ser sensibles, pero si vota a favor le cede el liderazgo. Ayer, optó por la segunda opción. Después de este mandato, mejor echar el freno y evitar más conflictos.

Paradójica la situación que generó esta línea de actuación. El PSOE votó a favor de la iniciativa de Zoido para crear una Zona Franca en Sevilla mientras esgrimía un informe avalado por su propio partido en el que la Autoridad Portuaria consideraba innecesaria iniciar esta tramitación. Poco después instaba a la Junta de Andalucía a “cumplir su promesa” de impulsar un Centro de Alta Resolución en el antiguo Equipo Quirúrgico al mismo tiempo que la delegada de Salud, Teresa Florido, anunciaba –con algún leve empujón a su secretario general, Alfonso Mir, incluido– que ya se había concedido la licencia de obras.

Donde no hubo discusión fue en la propuesta de defensa del sector aeronaútico, que se encargó de defender el alcalde casi en solitario al coincidir su intervención con las explicaciones sobre el sentido único del edil de Movilidad, Francisco Fernández. El regidor continúa con su paso atrás, que le lleva a ni siquiera zanjar cuestiones tan sensibles como la ordenanza de prostitución, cuyo peso recayó en la delegada de la Mujer, Dolores Rodríguez, en una de sus escasas intervenciones. Sí dio Monteseirín algún susto: “Los concejales comunistas van a luchar por resolver los problemas de Sevilla”. Luego lo aclaró. Leía una carta de un edil comunista homenajeado.

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