El puente del Cachorro ha tenido que cumplir la mayoría de edad para someterse a su primera intervención de importancia. Urbanismo arreglará su pavimento, en muy mal estado, este año. La obra durará seis meses y supondrá el corte de la mitad de sus carriles. Costará casi un millón de euros.
Ésta es la partida incluida en los presupuestos de la Gerencia de Urbanismo para 2009. Con este dinero se repondrá el pavimento, las juntas y el equipamiento del puente del Cristo de la Expiración, vulgo del Cachorro, una de las vías más transitadas de toda la ciudad al ser la salida natural hacia Huelva y, por ende, hacia el Aljarafe.
Dada su volumen de tráfico, el proyecto señala que la obra tiene que "contemplar necesariamente el mantenimiento de la circulación al menos en el 50% de la capacidad de la vía, de manera que no se requiera el corte total del tráfico".
El proyecto, que fue diseñado para el Plan 8.000 estatal, será finalmente ejecutado por la Gerencia de Urbanismo. Las obras durarán seis meses y, en principio, estaba previsto que arrancasen el próximo mes de abril.
Los trabajos incluyen la reposición completa de los pavimentos de la calzada del puente y sus accesos, así como de las juntas para la mejora de sus condiciones de seguridad vial. Así, se tendrá que retirar todo el asfalto, lo que provocará un corte de tráfico escalonado y parcial. Además, el proyecto prevé ordenar "adecuadamente las superficies destinadas a la circulación de vehículos, las bicicletas y los peatones".
El Ayuntamiento estima que se generarán 17 puestos de trabajo con esta obra, la primera que se ejecuta en un puente metálico diseñado para la Expo de 1992.
Su autor es el arquitecto José Luis Manzanares, presidente del Grupo Ayesa, quien aseguró a este periódico que el puente está "realmente mal cuidado". Y es que las grietas y los socavones están a la orden del día en una vía por la que circulan muchos autobuses, camiones y coches diariamente. Su ubicación, junto a la estación de Plaza de Armas, y su intenso tráfico han hecho seria mella en él.
Hasta ahora, las únicas reparaciones realizadas se han limitado a rellenar los baches, principalmente porque el Ayuntamiento no se atrevía a cortar una de las principales arterias de la ciudad.
"En 1990 se terminó el puente y desde entonces ni se ha pintado. Hay que reponer el conglomerado porque es un puente metálico y soporta mucho tráfico", sostiene Manzanares, quien añade que cada ocho o nueve años debería haberse pintado.
"Cada diez años, además, tendría que habérsele cambiado el asfalto y aplicado un tratamiento con resina para pegarlo a la chapa", apostilla, a la par que critica la escasa iluminación del puente. Eso sí, alaba la elección de los toldos y la estructura que él diseñó, "que está perfecta".
En la misma línea, Ginés Aparicio, ingeniero de Caminos, apunta que el puente necesita "más conservación". "Ya se debió pintar, se debió renovar el pavimento y las juntas, un trabajo que debe compaginarse con el tráfico", afirma. A su juicio, tras 18 años, los "parcheos" ya no son una solución.
