El presidente de la Autoridad Portuaria, Manuel Fernández, confirmó ayer que una empresa concesionaria privada ha presentado un proyecto en firme para explotar el astillero sevillano y que, por esta causa, ha solicitado a través del Boletín Oficial del Estado (BOE) la reapertura de las instalaciones para que puedan explotarlas con la intención de reparar barcos.
No han mostrado interés, sino un proyecto en firme, sustentado por un plan de financiación viable, señaló Fernández, quien explicó que ahora se seguirán los trámites habituales para ver si otros proyectos entran en competencia y, si no, se le dará la concesión para la explotación de las instalaciones a la empresa interesada. El plazo una vez que se publique en el BOE es de 20 días.
El procedimiento es vía concesión administrativa, que es como se hace siempre que una empresa privada se interesa por un bien de propiedad pública, indicó, de ahí que haya un plazo para que puedan concurrir otras empresas que puedan tener el mismo interés que la que ya ha formalizado su proyecto. Si fuera así, se pondría en marcha un concurso público.
En cualquier caso, y aunque tildó el anuncio de una magnífica noticia, el presidente de la Autoridad Portuaria quiso ser cauteloso, como avanzó a la Cadena SER. Muchas veces estas cosas llegan a buen puerto o se quedan a la mitad, hay que ser prudentes, insistió. De hecho, no quiso dar cifras en cuanto a qué supondría económicamente la reactivación del astillero ni en cuántos puestos de trabajo se traduciría la puesta en marcha del proyecto presentado por la empresa interesada.
Lo que es evidente es que se trata de una buena noticia para el sector industrial sevillano. Así lo expresó ayer el presidente de la patronal del metal Fedeme, Eusebio Gallego, quien dijo que el río y el puerto son activos fundamentales para la ciudad, a la vez que recalcó que es bueno recuperar el conocimiento que existe en esa industria y que pueda beneficiarse la auxiliar.
El astillero hispalense se quedó sin actividad a final de 2011, después de un largo proceso de agonía que parecía iba a ser el punto y final a 58 años de historia naval en Sevilla, ya que las instalaciones fueron clausuradas al arrastrar la sociedad gestora una deuda de aproximadamente 193 millones de euros. La plantilla de Astilleros de Sevilla recibía la noticia que no quería oír en septiembre de 2011: la Junta se retiraba de una cruzada que perseguía devolver la actividad a la factoría después de que, tras casi dos años al frente, fuese incapaz de encontrar inversores para su proyecto.
Fue en 2004 cuando comenzó la cuenta atrás, después de que la UE declarara ilegales unas ayudas del Gobierno de Aznar a estas instalaciones, lo que obligó a la privatización de cuatro astilleros en España, uno de ellos el sevillano. Desde entonces arrastró problemas de liquidación que comenzaron a evidenciarse en 2009. En otoño de ese año, prácticamente toda la industria auxiliar se fue por impago. Lo siguiente fue parar.
De salir adelante la iniciativa planteada ahora, la ciudad volvería a recuperar una actividad que ha sido generadora de empleo durante décadas. De hecho, en los ochenta llegaron a trabajar más de 5.000 personas. En estos momentos hay dos barcos en reparación y varias empresas privadas operando en la instalación.
Por su parte, el secretario de la Federación del Metal de CCOO Sevilla, Juan Antonio Caravaca, indicó a Europa Press que los trabajadores también desconocen ese nuevo proyecto, por lo que pidieron una reunión con el presidente de la Autoridad Portuaria para que explique el contenido de esa iniciativa industrial, la carga de trabajo que supondrá y el tipo de tarea que se llevará a cabo.
Asimismo, recordó que si la empresa necesita trabajadores, y los perfiles que precisan se adecuan a los que poseen los antiguos trabajadores de Astilleros de Sevilla, esperamos que se acuerden de este colectivo, que está perfectamente capacitado para desarrollar esas labores.
