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El pulso político ahora se traslada a la economía

La primera reunión del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el líder de la oposición, Mariano Rajoy, desde las elecciones del 9 de marzo, puso sobre la mesa las discrepancias a la hora de afrontar la crisis económica.

el 15 sep 2009 / 08:33 h.

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La primera reunión del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el líder de la oposición, Mariano Rajoy, desde las elecciones del 9 de marzo, puso sobre la mesa las discrepancias a la hora de afrontar la crisis económica. El jefe del Ejecutivo recalcó que no acepta la propuesta de recorte del gasto del PP porque supondría reducir el gasto social, a pesar de que Rajoy dijo que esa no es su intención "en ningún caso". Tras más de dos horas de reunión, el líder del PP acusó al Gobierno de "inacción" ante la crisis y el jefe del Ejecutivo se apresuró a decir que Rajoy "no ha aportado una idea que pueda resultar novedosa" o "tener trascendencia" para la política gubernamental.

Zapatero aseguró que durante su encuentro no hicieron un "análisis en profundidad de la situación" pero que él sí transmitió a Rajoy su percepción de que la economía "va a atravesar un periodo difícil" pero que tiene confianza en la economía española y en la buena salud de las cuentas públicas. Para Rajoy, esta actitud implica, sin embargo, creer "que las cosas se arreglan solas" en lugar de "explicar a los españoles con claridad lo que pasa". "Lo que no es solución es no hacer nada", puntualizó.

El Gobierno no contempla estudiar la petición del PP de rebajar al 20% el Impuesto de Sociedades a las pymes -Zapatero recordó que se hizo una reducción recientemente- ni aumentar la deducción en el IRPF por compra de vivienda -al 25% frente al 15%- y rechazó también lo que Zapatero tildó como "el único tema que puede ser objeto de discusión", el gasto público.

Ahorro. El PP reclama limitar el crecimiento del gasto público al 2% en 2009, frente al 5% previsto por el Gobierno, lo que supondría un ahorro de 2.000 millones de euros, y el Gobierno replica que ello haría imposible cumplir al menos uno de estos tres objetivos: subida de la retribución de los empleados públicos -que Zapatero cifró en 800 millones-, subida de las pensiones mínimas y aplicación de la Ley de Dependencia. Y eso a pesar de que, en su rueda de prensa, ofrecida en la sede del PP en Génova, Rajoy decía al mismo tiempo que su propuesta de 'plan de austeridad' incide en que no puede cargarse "sobre los trabajadores" ni debe implicar "en ningún caso" reducir el gasto social, sino que es la Administración la que debe "apretarse el cinturón", eliminar gastos "superfluos", y sobre todo, aquellos que son "dañinos" para el empleo.

Concretamente, los populares plantean un plan de ahorro energético de los distintos ministerios y organismos públicos dependientes del Estado, la congelación de la creación de altos cargos y la revisión de catálogo de altos cargos y la reducción y control de la publicidad institucional.

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