No sólo la mayoría de los 14 consejeros aguardan impacientes la llamada de Manuel Chaves para conocer su futuro. La administración cuenta con unos 300 altos cargos y un centenar de asesores que dependen de los titulares de las consejerías y cuyo futuro profesional también depende de cómo encaje el presidente el 'puzzle' de su Gobierno.
Manuel Chaves no dará a conocer su Ejecutivo hasta después de su investidura, los próximos días 16 y 17. Son tiempos de incertidumbre para muchos de los altos cargos y trabajadores eventuales con los que cuenta la Junta, incluidas sus empresas públicas. Un gigante de cerca de 250.000 personas entre personal funcionario, laboral y asimilados, que convierten a la andaluza en la segunda Administración del Estado. La renovación del Gobierno tras las elecciones supone mover muchas fichas dentro de la administración, ya que todos los puestos de confianza firmarán su cese tras la constitución del futuro Ejecutivo. Muchos tendrán acto seguido un nuevo nombramiento y seguirán en su sitio o en otros departamentos. Otros saldrán del Gobierno de la mano del responsable político para el que trabajaban.
El Gobierno andaluz cuenta con 300 altos cargos -según aparece en la web pública que recoge sus bienes- que cesarán al constituirse el nuevo Ejecutivo. La transparencia que hay en este punto se enturbia al aclarar el número de puestos designados por la fórmula legal de libre designación, previstos para desempeñar tareas de especial confianza o asesoramiento.
La consejera de Justicia y Administración Pública en funciones, María José López, aseguró a este periódico que existe un número "muy limitado" de personal eventual ligado directamente a la renovación del Gobierno y que deba volver a nombrarse de forma automática con la renovación del Ejecutivo. López señaló que cada titular de una Consejería puede contar con un gabinete de siete personas. Cesan también los viceconsejeros, secretarios generales técnicos y directores generales. Unas 400 personas en total, según la titular de la Consejería.
También podrían figurar como asesores el Gabinete del Presidente y la Oficina del Portavoz, integrados por 15 y medio centenar de personas (48). ¿Y no hay puestos de confianza en las delegaciones provinciales de la Junta? La consejera de Justicia y Administración Pública en funciones aseguró a este periódico que no.
Estreno de estructura. Más allá de los cambios de caras que decida Chaves, los antecedentes revelan que el Gobierno andaluz estrena cartera o nombre de departamento cada nueva legislatura. Desde 1990, prácticamente cada etapa se ha saldado con cambios de más o menos calado. Hace 18 años eran diez las carteras frente a las catorce actuales. Entonces consejerías tan dispares como la de Medio Ambiente y Cultura estaban unidas bajo un mismo titular igual que ocurría con Educación y Ciencia.
El recelo que despierta en el presidente Manuel Chaves abrir una crisis de Gobierno que suponga cambios de cara en mitad de una legislatura, no parece hacerle mella al abordar cambios estructurales en la composición del Consejo de Gobierno.
En la V Legislatura, desde 1996 a 2000, en la formación del Gobierno se dejó notar la necesidad del PSOE, sin mayoría absoluta, de una alianza con el PA. En aquel periodo las consejerías crecieron de diez a doce. Fueron carteras de nuevo cuño la Consejería de Relaciones con el Parlamento y la de Turismo y Deportes.
Cuatro años después, en la etapa que abarca hasta 2004 y también con un pacto PSOE-PA, el Gobierno vuelve a engordar con otras dos nuevas consejerías. Se alcanza el número actual de catorce. Gobernación se desgajó de Justicia y Administración Pública y nació Asuntos Sociales. El resto de cambios fueron nominales.
En la última legislatura, la séptima, el número de consejerías no creció pero nació Innovación y Asuntos Sociales se sumó al área de Igualdad. En esta nueva etapa Chaves podría dividir en dos Obras Públicas y crear una nueva Consejería de Vivienda (que desarrolle el Pacto de la VPO), así como reforzar el área social.
