Local

El que siempre quiere un poco más

El artista actúa el próximo día 22 en Sevilla y vuelve a estar en lo más alto de las listas de ventas con su álbum ‘Papitwo’

el 16 sep 2012 / 15:55 h.

TAGS:

Miguel Bosé debió de ser un niño raro en un hogar raro. Para empezar, allí nadie se llamaba por su nombre. El padre, Luis Miguel González Lucas, fue un torero al que todo el mundo conoció como Dominguín. La madre, la actriz italiana Lucía Borloni, adoptó el apellido Bosé. Y el niño Luis Miguel acabó sacudiéndose el Luis y colgándose el apellido postizo de su progenitora. Ésta, que con el tiempo se tiñó el cabello de azul y acabó abriendo un efímero museo dedicado a los ángeles, me contó una vez que en casa era normal cruzarse por los pasillos con un Hemingway ebrio de botaina, y que en la cocina había un cartel que rezaba: "Prohibido meter en el lavavajillas los platos que pintó Picasso", los mismos que luego regalarían, en versión facsimilar, en una promoción de kiosco.

Raro es nacer en una ciudad rara como Panamá, un 3 de abril de 1956, porque su padre toreaba allí y los bebés no respetan ni la temporada taurina. Raro es que el padrino de tu bautizo sea Luchino Visconti, el genial y aristocrático cineasta que filmó El gatopardo y La muerte en Venecia, cinta donde a punto estuvo el ahijado de hacer del efébico Tadzio. Raro, y también genialoide, aunque de un modo diferente al de Visconti, fue su otro padrino, el artístico:Camilo Sesto, alcoyano universal, que en aquella época las enamoraba a pares cantando Mendigo de amor, Vivir así es morir de amor, Mi buen amor, ¿Quieres ser mi amante? y El amor de mi vida.

Más que amor, frenesí, es lo que andando el tiempo provocaría el niño Miguel en las masas, pero antes tenía que decantarse por un oficio tan raro como el de cantante, en un tiempo tan raro como el año 75, con el tirano agonizando en la cama y España tiritando todavía de miedo y curiosidad por el porvenir. Rara, que no errática, ha sido la carrera artística de Bosé. Empezó el cantante peleando su pan en garitos y parques de atracciones, dentro de una línea de pop ligero y adolescente, hasta que fueron llegando éxitos como Linda o Super Superman. Maestro del autorreciclaje, entendió que en los aires rebeldes e iconoclastas de los 80 no iban a tener sitio sus mallas de licra, y trató de amoldarse a los códigos de la Movida, renunciando a los ballets y dejando que su voz macerara y se agravara.

Regresó en el 84 con Bandido, un disco con portada de Andy Warhol y sencillos como Amante bandido y Sevilla que lo instalaría definitivamente en la cima de la música popular. Sus números uno no caben en este estrechísimo espacio (Nena, Salamandra, Como un lobo, Duende, Bambú...) como tampoco sus proyectos con amigos, desde Girados con Ana Torroja a Por vos muero con Alejandro Sanz -quien prosperó a la sombra de Miguel- y otros.

Tampoco es fácil resumir la cantidad de cosas buenas, regulares y raras que ha hecho en todos estos años Miguel Bosé, paralelamente a su trayectoria musical: lo hemos visto presentar en televisión El séptimo de caballería y hacer de juez travesti para Almodóvar en Tacones lejanos, ha sido productor con La Fura dels Baus y jurado del programa concurso El número uno, lo vimos vestido de astronauta en aquel gran desastre de taquilla que fue El caballero del dragón y también haciendo cine de autor con Alejandro González Iñárritu. Ha recitado a Alberti en un disco de Vicente Amigo y narrado Pedro y El Lobo junto a la Orquesta de la Ópera de Lyon, ha impulsado fundaciones solidarias y todavía ha tenido tiempo de proponerse como mediador con las FARC y de escribir un libro que será "un ejercicio sobre el lenguaje", asegún él mismo ha adelantado, y que para bien o para mal todavía no ha visto la luz. Se diría que no es que en España no haya trabajo, es que todo lo hace Miguel Bosé.En cualquier caso, la culminación de esta rara pero industriosísima carrera, lo que destrozó todos los récords de ventas e hizo palpitar los corazones de tres generaciones de fans, tanto masculinos como femeninos, fue la recopilación de sus temas más famosos cantados a dúo con amigos y reunidos bajo el título Papito, al que sucede ahora una segunda entrega, ingeniosamente titulada Papitwo. Y no le digan a Miguel que si ya con esta segunda parte ha agotado su vivero de hits, que se enoja: orgulloso, con razón, de su trabajo, asegura que todavía tiene pelotazos para rellenar él solo los 40 principales, del 1 al 40.

Madrileño centroamericano, educado en el liceo francés, muy querido en Italia y nacionalizado en Colombia -una nación que además de bella, rica, sufrida e ilustrada, tiene según dice, "dos cojones bien puestos"-, Bosé tal vez sea un producto de este tiempo demoledor de todas las fronteras, tanto las geográficas como las artísticas; un artista maduro que pasa de esa horterada de envejecer, una máquina de hacer dinero y aplausos que siempre quiere más. Un músico que vendió miles de casetes, miles de vinilos, miles de CDs. Y que sigue vendiéndolos. ¿Es raro, o no es raro?

  • 1