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El Rainbow Warrior viene a Sevilla

Todos los que quieran podrán visitar ell buque de Greenpeace, que llegará la semana que viene dentro de la gira por el 25º aniversario de la organización.

el 16 sep 2009 / 02:56 h.

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La próxima semana, el nombre del barco más romántico, temerario, idealista, quijotesco y atacado de la historia de la paz podrá verse desde el Paseo de las Delicias: el Rainbow Warrior entrará por la esclusa para celebrar en Sevilla, durante dos días, los primeros 25 años de vida de la organización ecologista Greenpeace. La fecha está aún por concretar; la idea inicial era atracar en la dársena el jueves 26, aunque la organización barajaba ayer tarde la posibilidad de hacerlo el 1 de junio. La propia Greenpeace despejará hoy las dudas y divulgará el programa de actos de la visita.

Detalles aparte, lo que se sabe ya es que la gente podrá subir al barco, recorrer sus vericuetos y fotografiarse sobre su cubierta, que es lo más cerca que algunos van a estar nunca del compromiso ecológico. Mal hecho, porque precisamente Greenpeace está organizando esa visita, dentro de una gira por varios puertos españoles, para sacudir las conciencias amuermadas y unir a todos contra el cataclismo que parece avecinarse por culpa del maltrato infligido al planeta.

Se les podrá reprochar el tono apocalíptico, pero a decir verdad es el único que a estas alturas puede conmover a los países para que enmienden su política energética y de expolio de los recursos naturales. Y por otra parte es un tono que les viene de antaño a los de Greenpeace, que eligieron para su buque el nombre de Rainbow Warrior o Guerrero del Arco Iris inspirándose en un relato premonitorio de los indios cree, canadienses ellos; una leyenda que decía que cuando se le cayesen a uno los pájaros muertos encima de la cabeza, cuando no quedase bicho viviente en el campo y cuando el mar estuviese tan sucio que saliesen orzuelos con sólo mirarlo, entonces se alzaría un grupo de gente de todos los colores, los Guerreros del Arco Iris, para devolverle la salud a la Tierra. Curioso que los autores de esta profecía sean los únicos indios que poseen su propia aerolínea, con lo que eso contamina. Es lo que tiene la tradición oral, que se pierden las cosas.

Todo lo contrario de lo que hace Greenpeace, que no olvida ni quiere que olvide nadie. Tanto es así que a su nuevo barco le puso el nombre del anterior: el auténtico, genuino, metomentodo, requetezurcido y archisaboteado Rainbow Warrior, que fue volado por los aires en 1985 en un ataque de patriotismo cuando la organización ecologista quiso frenar las pruebas nucleares francesas en el archipiélago de Moruroa (y de las que salió Godzilla, si vieron la película).

La gira de este barco, que empieza en Bilbao y acabará en Barcelona, aspira a que los españoles reaccionen y exijan a las autoridades actuaciones drásticas (de las otras ya no quedan) contra el calentamiento global. como argumento aporta su informe La crisis del clima. Evidencias del cambio climático en España, entre cuyos datos destaca el aumento de un grado y medio en la temperatura peninsular en el último siglo (más del doble de la media mundial), la subida del nivel del mar, el retroceso de las costas, la africanización de Andalucía y la mediterranización del norte del país (con los correspondientes estragos de fauna y flora), la aparición de fenómenos meteorológicos extremos y otras lindezas. De hecho, ahora mismo Godzilla sería el menor de los problemas. Fíjense en el termómetro del Prado cuando vayan a ver el barco.

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