El programa "El rastro del crimen", que acertadamente se ofrece inmediatamente después de "Cazadores de hombres" -la sangre llama a la sangre-, se centra en cuatro casos, el primero de los cuales todavía colea.
Se trata del crimen de los Urquijo, que tuvo lugar el 1 de agosto de 1980, cuando Manuel de la Sierra, marqués de Urquijo, y su esposa Lourdes Urquijo, aparecieron asesinados en su propia casa mientras dormían.
Desde el primer momento se sospechó que el asesino, o asesinos, debería ser alguien del entorno de las víctimas, hasta el punto que sus propios hijos resultaron sospechosos.
Finalmente, sólo un hombre fue condenado: Rafael Escobedo, marido de Miriam, la hija de los marqueses, aunque la sentencia señala que el autor fue Escobedo "solo o en compañía de otros", una duda que persiste 27 años después.
Escobedo apareció muerto, colgado en su celda, aunque muchos consideran que no se trató de un suicidio, que fue lo que oficialmente se decretó.
El programa también se hará eco, entre otros, de "El caso Mestre", sobre el asesinato, también en los años 80 de María Teresa Mestre, esposa de uno de los condenados por el fraude del aceite de colza, que fue asesinada por Ángel Emilio Mayayo, de 22 años y amigo de los hijos de la víctima.
