Feria de Abril

El Real se acicala para una Feria sin lluvias

El tiempo sí acompañará para el disfrute en esta ciudad efímera, en la que se suman las ganas de evadirse con las de trabajar.

el 11 abr 2013 / 22:59 h.

J.M. Espino (Atese) J.M. Espino (Atese) El Real de Los Remedios afronta estos días con vértigo la cuenta atrás. Las tareas de montaje y adorno, de reparto y aprovisionamiento, de puesta a punto en definitiva, copan las horas previas a una Feria que, en muchas casetas, arranca ya este fin de semana. Los operarios se afanan para que todo esté listo y esta ciudad efímera se convierta en un oasis al margen de la realidad. Una realidad que, antes de que los farolillos y los trajes de gitana coloreen el albero, resulta difícil de pintar. “Llevamos doce días montando y desde entonces recibimos unos veinte currículum al día”. Paco acarrea cajas vacías fuera de su caseta, El Patio, en Gitanillo de Triana. Es hijo de socio y echa una mano en los últimos retoques. Este año le ha sorprendido que haya tanta gente buscando un trabajo de apenas un puñado de días. Personas en paro en busca de ocupación salpican las calles de albero y preguntan de forma tímida por el encargado del bar caseta tras caseta. La respuesta es siempre la misma: “No hay nada”. También le han pedido trabajo a Francisco, 26 años, que monta una caseta que va algo retrasada en Antonio Bienvenida. Lleva cuatro años desempleado y sólo le llaman para levantar esta otra ciudad, pero no se queja porque este año han recortado personal de su cuadrilla, que se encarga de montar seis casetas. “Apenas me da para unos gastillos”. Se refiere a los 50 euros al día que le pagan por echar 16 horas. Tras un silencio, apostilla. “Y si no soy yo, hay 10.000 detrás”. Montse lo ha intentado, pero para un puesto de hostelería. Hoy termina su trabajo como guarda de una caseta desde el lunes pasado. Lleva parada más de un año “y no se mueve nada”. A ella le han dejado otros multitud de señas pidiendo trabajo, igual que ella ha hecho. José Carlos Cruz (Atese) José Carlos Cruz (Atese) Repartidores, agentes de seguridad, montadores, instaladores comparten sensación. El trabajo es el mismo, pero se paga menos o se hace entre menos gente, se echan más horas o se reparte menos producto. Es visible también en los tableros que protegen el interior de las casetas, donde se solapan los anuncios de servicios de todo tipo: desde cursos de manipulador de alimentos hasta venta de menaje, pasando por boletines eléctricos o certificados de gas, labores de montaje y desmontaje... Y este año, además, se ha sentido mucho más de cerca el aliento de los inspectores de la Agencia Tributaria. En Juan Belmonte, la multa que le ha caído a una caseta por no tener asegurados a sus montadores ha sido de 15.000 euros. Ayer se incorporaba un nuevo equipo para recuperar el trabajo retrasado. Se han intensificado los controles y eso ha propiciado escenas surrealistas de montajes nocturnos y de operarios que salían corriendo y abandonaban su tarea ante la sospecha de una inspección sorpresa. Pero la crisis no sólo se nota en los trabajos previos, también en el corazón de las casetas, aunque en los días previos sea más difícil de apreciar. En El 8, de Pepe Luis Vázquez, este año se ha caído un tercio de los socios. “He tenido que buscar gente a última hora. El último lo encontré ayer”, explica Íñigo López. Y en todas las casetas que conoce hay quien no ha podido hacer frente a la cuota. Tanto él como Isabel Bores lanzan un mensaje rotundo. Como no hay cuerpo ni bolsillo que aguante una Feria de nueve días, reclaman al Ayuntamiento que tome medidas para que el Real no se llene de vida el fin de semana previo al arranque oficial, que cada vez se está afianzando más. “Es que si no, el fin de semana de la Feria de verdad el Real está vacío y es una pena verlo. No hay nadie”. J. M Paisano (Atese) J. M Paisano (Atese) Pero como hay ganas de pasarlo bien y de evadirse de la crisis por un rato, muchas de las casetas han optado por mantener sin cambios los precios del año pasado. “Ni el IPC hemos subido”, aseguran en Gitanillo de Triana. También en Juan Belmonte, Juan Manuel, que este año vuelve a trabajar en la Feria tras cerrar el bar en el que lo hacía este tiempo, lo ratifica. “Igual que el año pasado, también las cantidades que se han comprado”. Su caseta es de las pocas que, a la vista, lucen ya engalanadas y hasta con las flores de papel colocadas. En la tarde de ayer estaba previsto que empezaran a ponerse también los primeros farolillos que adornarán las bombillas del Real, que este año sí, según apuntan las previsiones meteorológicas, no sufrirán por culpa de la lluvia. Al revés, se prevén cielos despejados y un sol radiante con un termómetro que hará pasar calor, con temperaturas máximas de 24 a 27 grados. Además, en materia de servicios públicos, se reforzará el transporte público y servicios como la seguridad y la limpieza, según anunciaron ayer el alcalde, Juan Ignacio Zoido; el concejal de Fiestas Mayores, Gregorio Serrano; y el de Seguridad y Movilidad, Demetrio Cabello. Así, entre las principales novedades, se duplicará el servicio de autobuses de Tussam el domingo de preferia de las líneas que pasan cerca del recinto ferial (C1, C2, 5, 6 y 41). El plan de tráfico, que arranca a las seis de la tarde del lunes, como en años anteriores volverá a dejar en sentido único la avenida de María Luisa desde la glorieta de San Diego hacia la glorieta de los Marineros Voluntarios, con excepción del carril público. Además, en el Charco de la Pava habrá 10.347 plazas de parking rotatorio más 330 para discapacitados, que contarán con un servicio gratuito de lanzadera de Tussam. Habrá bolsas de aparcamientos de motos en la mayoría de los viales al Real.

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