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El realismo fantástico

Al principio de los sesenta apareció el libro El retorno de los brujos, de Louis Pauwels y Jacques Bergier, que llevaba como subtítulo Introducción al realismo fantástico y causó gran sensación entre gente joven que vio en sus explicaciones de la Edad Media...

el 15 sep 2009 / 23:45 h.

Al principio de los sesenta apareció el libro El retorno de los brujos, de Louis Pauwels y Jacques Bergier, que llevaba como subtítulo Introducción al realismo fantástico y causó gran sensación entre gente joven que vio en sus explicaciones de la Edad Media la posibilidad de evadirse de una situación aburrida. Dicen que la Historia se repite y puede que sea así porque, de un tiempo a esta parte, aparecen estudios, estadísticas y teorías pintorescas sobre los más variados asuntos, aunque todas con el marchamo de proceder de organismos internacionales de tanto prestigio como el de los alquimistas medievales.

Un congreso mundial reúne a expertos que no creen en el cambio climático, una relatora de la ONU aparece por arte de magia tronando sobre la política de vivienda de Zapatero que vende pisos en vez de alquilarlos y un estudio -también con parámetros de la ONU- pone a Sevilla a la cola de las ciudades españolas. Ante tal chaparrón de trompetas como las que en los devocionarios llamaban al Juicio Final sobreviene el espanto y se bloquea la reflexión: ¿podemos contaminar ya todo lo que queramos?, ¿qué edad tenía Zapatero cuando comenzaron los adosados de los años ochenta?, ¿qué es, en realidad, una relatora de la ONU?

El cénit de estas nuevas Postrimerías a lo Valdés Leal lo alcanza ese estudio del Ministerio de Medio Ambiente -¡con parámetros de la ONU,¿eh?- en el que los componentes de educación, paro, consumo, transporte e ingresos ponen a Sevilla (o Málaga) a la cola de España -a nivel de Chequia- y a Granada a la cabeza -a nivel de Dinamarca-. ¿Es que nadie ve que allí y aquí se vive más o menos igual, con los mismos problemas e idéntica mentalidad? El que hizo en la ONU esos parámetros o quien los ha medido debe ser alguien que aún sigue inmerso en aquel realismo fantástico.

Antonio Zoido es escritor e historiador

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