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El rechazo al contenedor individual frena su colocación

Lipasam ralentiza su aplicación, con lo que sólo la mitad del Centro lo tiene

el 08 dic 2010 / 19:33 h.

Lipasam inició el mandato con un proyecto que trataba de transformar el modelo de recogida de basuras de las calles del casco histórico -y en una siguiente fase de Triana- de forma que se suprimieran los grandes contenedores de basura, en muchos casos saturados y que dañan la imagen de las zonas comercial y turística de la ciudad, y se instalaran en su lugar cubos individuales en los domicilios y comercios. Tres años después, las quejas de algunos barrios han ralentizado la evolución de una iniciativa que se aplica prácticamente en la mitad del casco histórico. Zonas como el Arenal, el Pumarejo, San Luis o San Julián siguen pendientes de la implantación de un sistema que tenía unos 36 meses como plazo de implantación y que arrancó en 2007.

En estos momentos, según los datos de la empresa municipal de limpieza, en el centro se han entregado 3.844 cubos individuales de distintas capacidades, casi el doble que en el ecuador del mandato, pero sólo un 40% de los 10.000 que se prevé que se entreguen en el Centro una vez que se complete el proceso. Se han distribuido 2.306 unidades de 120 litros; 937 de 240 y 601 de la capacidad máxima, 330 litros.

Nuevos barrios, como todo el entorno de la Encarnación, se han sumado al listado de zonas cuyas comunidades de vecinos gestionan la recogida de basura, de forma que los cubos permanecen en el interior de los bloques y los vecinos se responsabilizan de sacarlos por las noches, turnándose entre ellos bien contratando un servicio externo o avisando a la propia empresa de limpieza para que lo ejecute.

El modelo se encontró desde su planteamiento con el rechazo de algunas asociaciones de vecinos que iniciaron campañas en contra de esta medida. Así ocurrió por ejemplo en el Arenal, cuyos vecinos se movilizaron para frenar el desarrollo de este proyecto. Durante meses, Lipasam aguardó a que el buen funcionamiento en otros barrios contribuyera a acercar la iniciativa a las calles enmarcadas dentro de la entidad vecinal Torre del Oro. Pero han pasado casi cuatro años y la implantación en este barrio sigue frenada. Lo mismo ocurre con el entorno del Museo, la zona entre San Lorenzo y Torneo, los alrededores de Feria, la zona de San Luis, el Pumarejo o Macarena-San Hermenegildo.

El planteamiento inicial de Lipasam era tener completada la mitad de los barrios del centro antes de 2009. Y que incluso, una vez finalizado el casco histórico, se pudieran abordar otras zonas como Triana. Ahora no hay fechas. La implantación continuará tras la Navidad, pero los recortes presupuestarios y el rechazo de determinadas entidades vecinales ha provocado que, en estos momentos, aproximadamente la mitad de la población del casco histórico siga con el modelo de grandes contenedores en las calles de la ciudad. Según fuentes de la empresa, el objetivo es que el modelo se explique correctamente a los ciudadanos antes de su implantación y de ahí que se haya ralentizado. Pero el proyecto seguirá adelante a partir de enero de 2011.

El sistema de los cubos individuales se planteó como una alternativa al soterramiento de contenedores que sí se llevó a cabo en zonas del casco histórico como Santa María la Blanca o la Alameda. Su elevado coste obligó a frenar su implantación en el Centro. La obra de peatonalización de la calle Asunción abrió otra posibilidad, a través de un modelo de recogida de basura soterrada mucho más económico. Con este sistema, el cubo se entierra y sin necesidad de un sistema eléctrico, como el existente en la Alameda, se extrae a través de una serie de camiones con un sistema especial. El modelo ha llegado a la citada calle de Los Remedios y al Polígono Sur con el objetivo de ampliarse luego a otras zonas de la ciudad, situación que, de momento, no entra en los planes de la empresa municipal de limpieza.

Tras un proceso de cuatro años, Lipasam sigue defendiendo las ventajas de la implantación de este sistema en las calles de la ciudad: se eliminan contenedores que estaban siempre llenos de residuos y en los que se arrojaban basuras a todas horas y de forma anónima; se reduce el impacto visual de la basura en el eje turístico y comercial de la ciudad y se limita el efecto de las personas que rebuscan en las basuras de la ciudad por las noches.

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