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El recién llegado que manda

La última nación que se incorporó al movimiento olímpico debutará en solitario en los Juegos de Pekín, pero confía en no ser una mera comparsa... y nada menos que en uno de los deportes colectivos: el waterpolo. Y es que Montenegro acaba de ganar el título europeo ante la élite de esta disciplina.

el 15 sep 2009 / 08:47 h.

La última nación que se incorporó al movimiento olímpico debutará en solitario en los Juegos de Pekín, pero confía en no ser una mera comparsa... y nada menos que en uno de los deportes colectivos: el waterpolo. Y es que Montenegro acaba de ganar el título europeo ante la élite de esta disciplina.

Primero hay que ofrecer unas nociones de geopolítica para hacerse una leve idea de la magnitud de la hazaña que supone que Montenegro tenga representación en el restringidísimo torneo olímpico masculino de waterpolo, en el que sólo participarán doce selecciones. El 21 de mayo de 2006, este antiguo principado de los Balcanes en la orilla del Mar Adriático votó la ruptura de la federación que componía con Serbia.

Con apenas 650.000 habitantes -menos que Sevilla-, hace poco más de un año se convirtió en la nación miembro 204 del Comité Olímpico Internacional. En la mayoría de los deportes, el plazo para lograr cuotas de participación en Pekín estaba cerrado. No en waterpolo, donde los montenegrinos armaron a toda prisa una selección que le permitiera soñar con estar en los Juegos.

No fue fácil reclutar a unos jugadores que tenían todo lo que querían en el seno de la selección serbomontenegrina, con la que se habían proclamado campeones del mundo en 2005 y tenían asegurada la defensa en China de la plata lograda en Atenas. Por eso fue un gran golpe de efecto la contratación de Petar Porobic, el entrenador de esa selección, que renunció al fabuloso contrato que tenía como ayudante del seleccionador alemán para dirigir el equipo de su tierra natal.

La capacidad de seducción de Porobic se unió al carisma de Veljko Uskokovic, un veterano goleador que salió de la selección yugoslava en 2001 y que jugaba para matar el gusanillo en el Budvanska Rivijera local. Entre ambos convencieron a los dos montenegrinos integrantes de la selección campeona del mundo en 2005, Predrag Jokic y Vladimir Gojkovic, para que se unieran a la aventura e iniciaron el largo camino hacia Pekín.

Diez marcadores más que escandalosos consecutivos en el Campeonato de Europa B (el partido más reñido fue en la final: 19-9 frente a Francia), clasificatorio para el Preolímpico de Bratislava, avisaron del potencial de los montenegrinos, que aprovecharon la primera oportunidad que el calendario les brindó para lograr su hazaña.

Arrasan en Bratislava . Del torneo organizado en Bratislava era poco menos que imposible salir airoso. Varias de las selecciones punteras en el panorama waterpolístico continental (entre ellas Rusia, Grecia, Alemania e Italia: tercera, cuarta, quinta y octava clasificadas en Atenas 2004) luchaban por una sola plaza, la que se llevaría el ganador.

Pero los montenegrinos salieron invictos del Preolímpico, ganando gracias a un agónico triunfo en la final (9-8) ante Rumanía. Algunos de los damnificados obtuvieron su pasaporte en una repesca posterior, pero esa exhibición y el título europeo (menos Australia, todos los aspirantes al podio olímpico estaban en Málaga) convierten a Montenegro, de pleno derecho, en una de las selecciones favoritas.

Los denominados tiburones rojos serán la única posibilidad de medalla que tendrá esta joven nación en los Juegos de Pekín. Sin contar a los waterpolistas, Montenegro sólo tiene asegurados otros dos participantes más en la cita olímpica: el veterano boxeador Milorad Gajovic, cuartofinalista en el último Mundial amateur pero que ha debido subir de peso; y el pistolero Nikola Saranovic, admitido gracias a una invitación especial de la Federación Internacional de Tiro.

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