El tercer punto del orden del día (Situación del desarrollo estatutario) monopolizó gran parte del debate. Un grupo de claustrales había solicitado hablar de los reglamentos de Estudiantes y de Actividades Docentes, recientemente aprobados, con el fin de impulsar su reforma.
El encargado de abrir el fuego (amigo, porque las formas no se perdieron: los gritos y peticiones de "rector dimisión" vinieron de los alumnos que se concentraron a las puertas de Económicas) fue Luque, que lo hizo entonando el mea culpa: "Pido disculpas por las incomodidades que se han producido. Espero que sean transitorias". Para que así sea, el rector enumeró las medidas a adoptar.
La de más calado es la orden dada a tres vicerrectorados (Ordenación Académica, Profesorado e Infraestructuras) para que "con prudencia" se desdoblen los grupos y se contrate a más profesores para evitar casos como el denunciado por un claustral de Arquitectura: aulas con 210 alumnos cuando el máximo es de 90.
Pero el rector consideró "injusto" achacar los desajustes a la aplicación del artículo 27. Aludió a los cambios "masivos" de planes de estudio por el Plan Bolonia y al criterio de asignación de grupos por orden de llegada que tienen algunos centros. Esto ha contribuido, según el rector, a que las colas que antes se formaban en las secretarías de los centros se hayan trasladado a la red. "Se ha convertido en un sorteo". Por eso, el próximo curso se cambiará esta instrucción y "no será el que primero llegue el que elija grupo".
Los alumnos claustrales reclamaron una derogación del artículo 27 o una transitoria a partir de la cual se debata una reforma de la normativa, alegando que los anteriores representantes de estudiantes negociaron su redacción "al margen" de los centros. "Les ruego que no me pidan que incumpla el Estatuto", señaló el rector. Éste les animó a presentar su propuesta de reforma a la comisión de proyectos normativos -donde corresponde- y les prometió un análisis en profundidad de cómo ha funcionado la matrícula (si se ha conseguido que sea ordenada, es decir, que los estudiantes no vayan arrastrando asignaturas de un curso a otro). En caso de que haya "más inconvenientes que ventajas, será el Consejo de Gobierno el que impulse los cambios".
El Reglamento de Actividades Docentes, en el que se incluye el polémico artículo 27, fue aprobado en el Claustro por 185 votos a favor por 28 en contra, seis en blanco y cero nulos. Para pedir la reforma, los cauces son tres: conseguir el apoyo de 90 claustrales, 36 votos favorables del Consejo de Gobierno o bien la mayoría absoluta de los miembros de cualquiera de los sectores o subsectores del Claustro.
