Economía

El regadío no compensa ni la caída del cereal ni los bajos precios

El 31 de agosto marca el cierre del año agroganadero. El sector primario ni aportará ni restará al PIB regional. El regadío brilla, pero el secano se estrella

el 12 sep 2010 / 20:18 h.

Imagen de uno de los pantanos andaluces desembalsando agua tras el temporal del pasado invierno.

El agua, por maligna o benigna, ha sido la gran protagonista del año agrario que finalizó el pasado 31 de agosto, la fecha que tradicionalmente se escoge para dar el adiós a una vieja campaña y la bienvenida a la nueva. Maligna porque los temporales del invierno, lluvioso donde los haya, han recortado la cosecha de los cereales y causado estragos en las infraestructuras del campo, sobre todo en los caminos. Y benigna porque el regadío ha tenido su mejor ejercicio del último lustro, puesto que no ha habido reducciones en la dotación hídrica para regar.

La agricultura andaluza ha vivido su segundo año en crisis debido no sólo a la bajada de producción de algunos cultivos, sino también por el abaratamiento de otros ante la presión de las cadenas comerciales, inmersas ellas en una guerra de precios que, incluso, ha suscitado la preocupación de la consejera del ramo, Clara Aguilera. Públicamente, ha pedido un cambio en la legislación de la Competencia para proteger al agricultor, el eslabón más débil de la cadena, y propiciar los acuerdos de precios en el campo, prohibidos en aras del libre mercado.

El campo, como ya lo hiciera el ejercicio pasado, lastrará las cuentas del Producto Interior Bruto (PIB) de la comunidad. Aunque la estadística de contabilidad regional no coincide con el año agrario, sí apunta cuál ha sido su evolución y, por tanto, cómo ha contribuido al conjunto de la economía.

Así, el Valor Añadido Bruto (VAB) del sector primario (agricultura, ganadería y pesca) decreció un 2,2% en el último trimestre de 2009, se estancó en el primero del año en curso y en el segundo cayó el 2,6%, según los datos del Instituto de Estadística de Andalucía (IEA). Para el tercero siempre suele haber un repunte, al incluir las grandes producciones de regadío. Sin embargo, los expertos pronostican que, para el año completo, los números rojos o el estancamiento terminarán por imponerse. Este último vaticinio lo realiza Analistas Económicos de Andalucía, el servicio de estudios de Unicaja, que habla de crecimiento nulo, mientras que el PIB regional saldará 2010 en negativo: -0,5%, siendo el retroceso del 2,4% para la industria y del 5,1% en la construcción; en cambio, los servicios arrojarán tres décimas en positivo.

De confirmarse este estancamiento, por segundo año consecutivo el campo nada aportaría al crecimiento andaluz, aunque en su descargo tampoco restaría y, según las últimas previsiones de Analistas, incluso estaría creando empleo, al calcularlo en 225.400, frente a los 217.400 de 2009. Para el resto de los sectores, en cambio, estima que habrá merma laboral.

¿Y cuáles son las claves que han marcado el año agrícola que se acaba de finiquitar? Primera, un recorte generalizado de precios, acentuado -o quizás sea el origen- por las presiones que ejercen las cadenas comerciales sobre la agroindustria. Segunda, un descenso de la cosecha de cereales de invierno -trigos y cebadas-. Tercera, la continuación de las bajas cotizaciones en el mercado de origen del aceite de oliva. Cuarta, la también prolongación de la crisis de los ganaderos e industrias cárnicas del cerdo ibérico, que han vivido un ejercicio para olvidar. Quinta, la firma por parte de la Junta de Andalucía, la patronal y los sindicatos del plan estratégico hasta 2013 para la agroindustria. Y, por último, la semestral Presidencia española de la UE, con la que arrancó el debate para la reforma de la PAC, que decidirá cómo se reparten las ayudas comunitarias al agro a partir de 2013.

De entre esa media docena de claves destaca el empuje que, ahora sí, se quiere imprimir desde la Administración autonómica al campo y su agroindustria y al sector forestal. Una vuelta a la tierra como generadora de riqueza y empleo. De hecho, no hay que olvidar que la alimentaria es la industria andaluza más internacionalizada.

Los últimos datos de exportación disponibles en la Consejería de Agricultura y Pesca son los del primer cuatrimestre, y apuntan a un valor de 2.278,9 millones de euros, con un crecimiento del 3,4% respecto al mismo periodo de 2009. Ese importe representa el 39% de todas las ventas andaluzas al extranjero.

También en el terreno positivo, en la cuenca del Guadalquivir se ha podido regar con normalidad y la salinidad del río, además, se ha controlado, llevando la tranquilidad a los arrozales de las marismas sevillanas, aunque ahora es otra su preocupación puesto que la modernización de sus infraestructuras de riego, un proyecto largamente acariciado y con 200 millones de euros de inversión, ha quedado aplazada sine die debido a las restricciones presupuestarias que reina en las administraciones.

Como la crisis económica aprieta, en el recién liquidado año agrícola parece haber cundido la consciencia de que hay que propiciar las fusiones entre cooperativas, aunque el proceso sigue siendo lento, y es una de las prioridades de la Consejería. El movimiento del sector de frutas y hortalizas de Almería -que, por cierto, ha saldado una buena campaña en producción y precios, al combinar la autorregulación de las cosechas y el empuje exterior- es un gran ejemplo. Y las cooperativas de aceituna manzanilla de Sevilla han seguido por ese camino, pero queda mucho por recorrer.

El cereal y Rusia. El año agrario se despidió con una noticia que marcará la campaña entrante. Rusia, uno de los grandes productores mundiales, prohibía sus exportaciones de cereales hasta al menos otoño de 2011 debido a la sequía y los incendios que han azotado al país.

El nerviosismo y la especulación han hecho acto de presencia en los mercados de materias primas, a pesar de que Bruselas ha descartado el desabastecimiento, en especial del trigo. Mientras, las cooperativas españolas señalan que en los silos aún queda buena parte de la cosecha de 2009, que no ha tenido salida por el exceso de producción internacional.
Sin embargo, las estadísticas ya apuntan a un encarecimiento del trigo. Despierta así el temor a un nuevo subidón de los precios como el de hace ahora dos años.

Las cuentas. Tal y como se ha desarrollado el año agrario en Andalucía, el valor de la producción final agraria -que la Consejería de Agricultura suele publicar en otoño, aunque sólo como aproximación estadística- quedará por segundo ejercicio consecutivo por debajo de los 10.000 millones de euros -en 2009 fueron 9.652,8 millones, un 7,1% menos que en 2008-. La renta agraria, por su parte, rondará el mismo valor alcanzado el año pasado, 8.561,84 millones de euros, entonces un 3,3% inferior al del ejercicio precedente.

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