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El relato de los inmortales

López, Biosca y Bizcocho rememoran el título de Copa que lograron el 25 de junio de 1977. Aquel día, el Real Betis derrotó en la final de la primera Copa del Rey al Athletic. 

el 23 jun 2012 / 18:29 h.

El día que el Real Betis conseguía su primera Copa del Rey, el 25 de junio de 1977, el Washington Post anunciaba que Estados Unidos ya había finalizado las pruebas para crear la peligrosa bomba de neutrones, una versión mejorada de la bomba atómica. Era sábado. La democracia aún caminaba en pañales, el Partido Comunista se había legalizado recientemente y el conjunto de Heliópolis, a las órdenes de Rafa Iriondo, buscaba su bautismo copero en una final con claro favoritismo vasco.

El rival del cuadro andaluz era el Athletic de Koldo Aguirre, fiel prototipo del balompié norteño. El resultado durante los 120 minutos de encuentro (2-2) propició que se decidiera el signo del compromiso en la tanda de penaltis. En el lanzamiento número 20, y con 8-7 en el electrónico del Vicente Calderón, Esnaola detuvo el disparo del mítico Iribar. Tres héroes de aquella noche, López, Biosca y Bizcocho, rememoran en El Correo el éxito por el que mañana serán homenajeados al cumplirse 35 años.

Aquel día, Rafa Iriondo formó de inicio con Esnaola, Bizcocho, Sabaté, Biosca, Cobo, López, Alabanda, Cardeñosa, García Soriano, Megido y Benítez. El Athletic, que ya había alzado 22 entorchados, era el gran favorito en el césped y en la grada, ya que los aficionados vascos eran mayoría. El encuentro fue eterno. Los 90 minutos iniciales finalizaron con un empate (1-1) que la prórroga tampoco fue capaz de rebatir (2-2).

De aquella mágica noche que rebasó la madrugada del 26 de junio se suceden los recuerdos en la memoria de los protagonistas, tal y como apunta López, bigoleador y socio infalible de Cardeñosa en las acciones a balón parado. Fue capaz de anotar dos goles, el segundo ya en el 116', y forzar el añadido. "Ya estábamos cansados, pero fui a pescar un balón suelto y conseguí el empate", relata 35 primaveras después este cántabro residente en Sevilla y responsable de una empresa de alimentación.

Para López, el auténtico héroe de la cita junto a Esnaola, que detuvo tres penaltis -a Dani, Villar e Iribar-, una de las claves del éxito fue el técnico verdiblanco, Rafa Iriondo. "Era muy avanzado para la época", resalta. De idéntica opinión es el coriano Francisco Bizcocho, casado, padre de tres hijos y dedicado al sector inmobiliario. "Era un visionario. Nosotros jugábamos con un 4-3-3 y en algunos partidos con falso 9", apunta Bizcocho, titular aquella noche. "El partido se hizo larguísimo. No tenía fin", relata con cierta nostalgia. Bizcocho fue el ejecutor de la última pena máxima antes de que Esnaola detuviese el chut de Iribar. "Veía a Iribar y me decía: Cómo vas a marcarle tú a ese tío tan alto", dice entre risas.

Biosca, nostálgico

Otro de los protagonistas de aquel día fue Antonio Biosca. "Aquella noche fue muy feliz. El Athletic era el favorito, pero jugamos con mucha inteligencia", resume. "Ganamos la Copa y cerramos un año fantástico. Eran otros tiempos. Nunca olvidaré a Núñez Naranjo -el presidente-. Es un hombre de palabra", recuerda. Biosca fue titular y anotó el cuarto penal. "Lo mejor fue el recibimiento", subraya.

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