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El reloj de Zoido...

el 11 oct 2010 / 15:46 h.

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El reloj de Juan Ignacio Zoido es de esfera redonda, que es negra como también la correa, con números árabes en blanco. No es muy aparatoso, la verdad, pero ayer fue el discreto protagonista de la incursión que el portavoz municipal del PP hizo por el Polígono Norte, Los Príncipes y Villegas, puro territorio comanche para los populares. Decíamos que su reloj fue el protagonista porque Zoido dijo hasta seis veces que Sevilla tiene que funcionar como eso, como un reloj, y dio sus claves para que eso ocurra, una serie de propuestas con las que desgranó medio programa electoral. Hubo recetas para todo: para reformar Lipasam, la Policía Local y la administración municipal, para acabar con los gorrillas y la prostitución, para crear empleo y hasta para frenar la tala de árboles.

Zoido se plantó con su reloj en una zona en la que sabe que no va a ser el partido más votado, pero hay que arañar donde sea. “Para mí no hay ningún territorio comanche, todos los barrios tienen la misma condición”, utilizó como frase de cabecera, porque él lo que ve son “sevillanos que tienen problemas”. ¿Y qué problemas tiene este triángulo de Polígono Norte, Los Príncipes y Villegas? Pues a su juicio de todo, como falta de limpieza, nulo mantenimiento de las zonas verdes, escasez de aparcamientos y espacios deportivos, vandalismo, botellonas…

Y claro, esto no puede ser, porque “Sevilla tiene que funcionar como un reloj”, idea que repitió hasta seis veces. El lema con el que convocó a los vecinos era un poco más corto, Sevilla funciona, pero sólo lo hará si él llega a la Alcaldía, porque este Gobierno municipal lo que en realidad hace es “poner problemas” al ciudadano.

“Hay que vivir también como soñemos”, apostilló, rozando el eslogan municipal de Sevilla, la construcción de un sueño. ¿Y eso cómo se hace? Pues por ejemplo con una ciudad más limpia, y para ello postula quitar los 18.000 contenedores actuales y sustituirlos por 8.300 de carga lateral que, como tienen el triple de capacidad, liberarán personal para dedicarlos a barrer calles como en la que ayer inició su visita, Benítez Parodi, donde hay hasta ramajos saliendo por una alcantarilla. También hay que soterrar los contenedores en el Centro, recuperar el baldeo en toda la ciudad, saldar la deuda de Lipasam, motivar y promocionar a su personal...

La limpieza fue el primero, pero después vinieron tantos otros temas que parecía que tocaba un repaso por todo el programa electoral, hasta el punto de que sólo se interrumpió cuando pasó por allí a grito pelado el tapicero, se tapizan sillas, sillones y descalzadoras. Ahí tomó aire antes de coger de nuevo carrerilla: 300 policías locales más, multar a los gorrillas y a los clientes de las prostitutas, agilizar la creación de empresas, pagar a los proveedores del Ayuntamiento en un plazo máximo de seis meses, crear una plataforma logística en el aeropuerto, informatizar el sistema de riego, austeridad en el gasto público, reducir las dietas y las delegaciones municipales...

Las cosas cambiarán tanto, resumió, que frente a la coalición taladora PSOE-IU, él se compromete a que no se cortará ni un árbol como no lo firme el mismísimo alcalde. Terminó la relación de proyectos –“la verdad es que he hablado bastante, sí”– cuando tres periodistas estaban a punto de agotar sus libretas. Era sólo el principio. Cogió y se fue con su reloj a otra parte... del territorio comanche.

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