Imparable Manzanares. El alicantino ha culminado una intensa semana de toros en la que comenzó saliendo a hombros en Linares -donde cortó un rabo y acabó con el cuadro-, y siguió en Palencia, Ronda y Bayona, plaza en la que traspasó la puerta grande codo a codo con El Juli, el otro gran cónsul de una temporada en la que los laureles imperiales ya son del Manzana.
Pasado el exigente tribunal de Bilbao, adentrándonos en las postreras ferias de la vendimia, podemos aventurar que el artista levantino ya es el gran triunfador de una campaña en la que está siendo respetado -vamos a tocar madera- por esas inoportunas lesiones y enfermedades que le sacaron del tablero en las anteriores temporadas cuando tocaba la gloria con los dedos. La lista de ferias y plazas rendidas ya es interminable: Olivenza, Castellón, Valencia, el gran suceso y el indulto de Sevilla , la puerta grande de Madrid, el rabo de Jerez, el zambombazo de Córdoba, el mano a mano de El Puerto o el rabo de Almería son algunos de los hitos de una temporada histórica que, con excepción, de El Juli, le distancia a años luz, de la inmediata línea de frente.
Binomio feliz. Muchos de los triunfos más resonantes y las mejores faenas del alicantino en la temporada 2011 están ligados a los toros de Cuvillo, que en otro tiempo fueron el mejor talismán de un torero reaparecido al que se le está torciendo su particular programa. Pero eso era en los tiempos en que José Tomás y Álvaro Núñez Benjumea andaban a partir un piñón. Alguno está pagando el exceso de soberbia en el empeño mientras los Cuvillo, a pesar del tropiezo de Madrid, están echando una camada para los anales. En esta tesitura, las futuras negociaciones para lidiar los codiciados toros de El Grullo pueden enredarse, y mucho. Ésa puede ser la guerra secreta del invierno. Las grandes figuras del momento difícilmente andarán dispuestas a permitir que les picoteen la flor de los toros de saca aunque las gentes del Divino, es lo más seguro, querrán desandar el errado camino andado. Se admiten apuestas.
Las cosas no salen. Cerrábamos el Observatorio de la pasada semana pendientes de las noticias que llegaban de Linares: en su sexta comparecencia, José Tomás había repetido punto por punto el guión que le persigue como una extraña constante en una vuelta que está resultando rentabilísima en lo económico -a pesar de escoger escenarios de segunda- y fracasada en lo artístico. El madrileño volvía a meterse en el bolsillo la orejita de circunstancias y el telonero de cierre, en esta ocasión el maltrecho diestro local Curro Díaz, era el encargado de protagonizar la salida a hombros entre la indisimulada impaciencia de muchos seguidores del Divino y las odas de sus bardos. Viajando desde Linares y metido en la noche lo decía uno de los más acérrimos seguidores, que se está dejando una buena pastora en el empeño: "Si hubiera cortado tres orejas habría sido lo mismo. Las cosas no son así; no es esto, no es esto...".
Mezquita monumental. Mientras se venden los abonos de los que podrían ser los últimos espectáculos taurinos de la historia de la plaza de Barcelona -José Tomás será el principal oficiante del inevitable responso fúnebre- ya se está hablando del hipotético futuro del histórico y glorioso edificio. Dicen que el emir de Dubai quiere convertir sus venerables arenas en la tercera mezquita más grande del mundo y parece ser que el proyecto ya está en manos del Ayuntamiento. En fin...
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