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El resbalón de Zoido

El candidato del PP asegura que si no gana las elecciones dejará la política.

el 12 may 2010 / 20:15 h.

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Los ejercicios de sinceridad en política y en la línea de salida de unas elecciones municipales se pueden pagar muy caros. El portavoz del PP en el Ayuntamiento, Juan Ignacio Zoido, se guarda mucho en todas sus comparecencias de desvelar qué hará con las setas de la Encarnación o con la ampliación del tranvía -por poner sólo los dos ejemplos más representativos- en el caso de conquistar la Alcaldía de Sevilla. Pero ha hecho una "reflexión" con luz y taquígrafos que puede obedecer a tres supuestos: que no haya medido las consecuencias de sus palabras sobre su electorado y los indecisos de última hora, que haya pecado de ingenuo o que quiera lanzar el mensaje inequívoco de que si no es él, vendrá el caos. O el demonio, según se mire, reencarnado en la figura de Antonio Rodrigo Torrijos, el portavoz municipal de Izquierda Unida.

El candidato del PP ha lanzado un órdago a los sevillanos: o soy alcalde o nada. Juzguen ustedes mismos las declaraciones: "No contemplo otro escenario que ser alcalde pero, si no, dejaré paso a otra persona que venga con otras ideas para que pueda coger el testigo y seguir adelante".

Zoido lleva cuatro años pateándose la ciudad y fotografiando cada encuentro, cada reunión, cada gesto. Si con esto no vale, el primer espada del PP local colgará el traje de político y se enfundará, de nuevo, la toga de juez. Y remarca: "Ya dije que me iba a quedar en el puesto y he permanecido en la oposición con mucha dignidad, orgullo, ilusión y ganas". Pero hasta aquí hemos llegado, entiende Zoido. ¿Qué pensará su jefe de filas Javier Arenas sobre este arrebato de sinceridad?

Sus adversarios políticos no han dejado escapar tan jugoso bocado servido en bandeja. El portavoz de IU y bestia negra de los populares, Antonio Rodrigo Torrijos, calificó ayer la "reflexión" de Zoido como un "chantaje inaceptable".

Para Torrijos (foco de la estrategia de desgaste del PP contra el Gobierno de coalición), Zoido "olvida que la democracia conforma a Gobierno y a oposición, las dos partes son esenciales". E insiste: "El pueblo es quien decide, no aceptar el resultado libre y democrático de las urnas sitúa al que esto hace al margen de la democracia". No se queda a la zaga el portavoz socialista en el Consistorio. Alberto Moriña acusa a Zoido de ambicionar "sólo" el poder y tacha de "incívico" el hecho de que anuncie su retirada en el caso de que el resultado del partido no le satisfaga. El "chantaje", a juicio del PSOE, es "intolerable".

Las palabras de Zoido han sacudido a los partidos del Ayuntamiento. El PSOE -acosado por el efecto de las medidas impopulares de Zapatero para reducir el déficit público y el anuncio a destiempo del alcalde Alfredo Sánchez Monteseirín de que no repetirá en las listas electorales- exprimirá este filón en un intento de olvidarse de sus propios problemas. IU, por su parte, pisará más el acelerador de su campaña de desprestigio de la marca PP -en la que vincula al partido con la extrema derecha- con el fin de fidelizar aún más a sus electores e intentar amarrar el favor de algún socialista desencantado.

Mientras, Zoido sigue reflexionando: "Llevo sirviendo a la sociedad desde los 25 años, que fui juez, y ahora sirvo desde la oposición con mucha ilusión y optimismo. No soy de esos políticos que se quieren aferrar a un sillón, porque hay que servir a la política y no servirse de ella. Si los demás no quieren que les sirva, me iré y colaboraré para el engrandecimiento de la ciudad, porque si algún día me necesitan saben que siempre me van a encontrar".

El candidato del PP asegura que así es como lo siente y que así es como lo dice, pero por el camino se olvidó de comentarle sus intenciones al partido. Zoido reconoce que no ha comunicado nada de esto a su formación para, a renglón seguido, rebajar la tensión tirando de guión: "El PP es el primero que sabe que voy a ser el próximo alcalde". Y termina con todo un clásico en su discurso de los últimos años: su crítica a las "minorías que se agarran al sillón a cualquier costa".

La de Juan Ignacio Zoido es toda una declaración de principios sí, pero el órdago que ha lanzado a los sevillanos transmite más la sensación de quien tiene miedo a perder que la del candidato convencido de que se hará con el bastón de mando de Sevilla en los próximos comicios.

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