Gobiernos y responsables de las instituciones europeas trataron de perfilar ayer un plan de auxilio para hacer frente a la grave crisis que afecta a Grecia, que ha colocado a los países del euro en situación de emergencia por primera vez desde que se creó la moneda única hace once años.
El presidente del Gobierno español y presidente de turno de la UE, José Luis Rodríguez Zapatero, dijo ayer que Europa y los países de la Zona Euro van a apoyar al país heleno para que supere su difícil situación económica. "Hay que apoyar y lo harán Europa y el Eurogrupo. Y tenemos que dar una respuesta de unidad Europa y el Eurogrupo que, por supuesto, España apoya".
Las reuniones y contactos de alto nivel se multiplicaron para definir la estrategia ante la eventualidad de que el Estado griego no pueda financiarse por las vías normales.
Así, fuentes oficiales alemanas aseguraron en Berlín que ése no es el caso, que Grecia sigue colocando su deuda en el mercado sin problemas, pero a un coste más alto, y que "ni se plantea" el anuncio inminente de ayuda financiera europea a Atenas. Lo que sí están analizando los países del euro es una serie de "escenarios" por si las cosas van a peor. Y que las cosas empeoren sólo puede significar que el Tesoro griego no pueda hacer frente a los próximos vencimientos y/o que la desconfianza que afecta a este país se extienda a otros socios de la zona también ahora en serias dificultades presupuestarias.
Los dieciséis ministros de Finanzas de la Eurozona celebraron por la tarde una sesión de concertación, mediante videoconferencia, a propuesta del presidente del Eurogrupo, el luxemburgués Jean-Claude Juncker. Ni siquiera se esperó a la reunión ordinaria del Eurogrupo, programada para el lunes en Bruselas, lo que indica la trascendencia de lo que está en juego. Hoy se reunirán en Bruselas a solas los gobernantes de la Unión para una cumbre informal convocada hace un mes, en la que se hablará de "las turbulencias" en el Eurosistema.
El presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, y la canciller alemana, Angela Merkel, buscan medidas comunes para conseguir que los líderes europeos aprueben el rescate de Grecia, según el diario francés Le Monde.
París, añade el rotativo, apuesta por una solución liderada por los dos grandes países de la Zona Euro. Merkel y Sarkozy expondrán esa postura hoy. Es todo un símbolo de unidad ante un gran desafío. No es casual, pues los bancos de ambos países son los que saldrían peor parados si quiebra el Estado griego.
Mientras, el primer ministro griego, Giorgios Papandreu, aseguró ayer, tras entrevistarse con Sarkozy, que tomará "todas las medidas necesarias" para reducir el déficit público.
Papandreu aseguró que estas medidas "extraordinarias" servirán para completar el programa de estabilidad que ya presentó ante la Comisión Europea.
La dificultad de la situación estriba en que las reglas de la Unión Monetaria Europea prohíben al Banco Central Europeo o a la Comisión Europea financiar directamente el endeudamiento de un Estado de la zona con problemas de liquidez.
Lo que es legalmente posible con cualquier otro socio de la UE -Hungría, Rumanía y Letonia se han beneficiado recientemente de una línea especial de crédito a la balanza de pagos que gestiona la Comisión de Bruselas- no lo es con aquellos que sí comparten la moneda única. La prohibición se explica por la necesidad de preservar a toda costa políticas fiscales sanas a nivel nacional.