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El restaurante Becerra celebra su cumpleaños con tapas a 20 céntimos

El plato insignia de la casa, solomillo a la pimienta, será el primero en regresar. La oferta incluye una sola tapa por cabeza a precios del año de la apertura.

el 30 oct 2013 / 00:04 h.

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Enrique Becerra en su restaurante. / Javier Cuesta Enrique Becerra en su restaurante. / Javier Cuesta Este es el anuncio que ayer llegaba a la redacción. Procedía del restaurante Becerra, y decía así: Durante los próximos meses de noviembre y diciembre, en nuestras barra y mesas, vamos a homenajear y recrear aquellas recetas míticas que ya han desaparecido (o casi) de nuestras cartas. La primera va a ser nuestro inefable solomillo a la pimienta, que nos visitará los primeros diez días de noviembre, aunque la víspera, justamente el 31 de Octubre, el día del aniversario, y solo ese día y máximo uno por persona, hará su preestreno al precio de 1979: 35 pesetas, es decir; 0,20 €. En principio, estos asuntos se despachan como propaganda, aunque esta vez el acontecimiento revestía tintes de noticia: tapas a 20 céntimos, en estos tiempos, en Becerra... El propio Enrique Becerra, en su blog, hacía la loa del acontecimiento: su local cumple 34 años, una fecha tan buena como cualquier otra para echarse uno en brazos de la lírica y la épica juntas.: “Lo del solomillo a la pimienta tuvo tintes casi de plaga”, recuerda Becerra. “Te lo encontrabas en las barras, en los mesones, en los manteles de hilo más refinados, en la BBC (bodas, bautizos y comuniones). Al principio bastaba con la vulgar pimienta negra en grano recién molida. Un poco más tarde, la Muy Clasista Ciudad de Sevilla reaccionó y una parte de ella se negó a degustar tan sublime plato si no estaba elaborado con pimienta verde, mucho más efímera y delicada. Y, cuando la heliopolitana variedad comenzó a ganarle terreno a la humilde baya negra, irrumpió con una fuerza inusitada la “pimienta rosa de Madagascar”, especialmente para salsear pescados (¡Hummmmm!, aquella lubina a la pimienta rosa del restaurante Tattaglia, junto al VIP’S…). Y ya ahí, la tontería comenzó a volverse insoportable, los solomillos, más oscuros por mor de la raza ibérica, y las salsas, más dulces y afrutadas”. Hasta aquí, el relato. Si existe o no en la ciudadanía algún interés por pasar de las palabras a los hechos, este jueves se verá.  

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