El retablo del Cristo de las Tres Caídas ha comenzado a cobrar vida en el interior de la capilla de los Marineros. En la mañana del jueves se han iniciado las labores de montaje de esta colosal obra, diseñada en su día por el recordado Manuel Guzmán Bejarano y ejecutada en el taller de su hijo.
Ya ha quedado instalado el primer cuerpo del retablo y, según las estimaciones del hermano mayor de la Esperanza de Triana , Adolfo Vela, las labores de montaje podrían estar terminadas en unas cinco semanas. "En realidad -aclara- no nos hemos puesto fecha para su conclusión. Lo importante a estas alturas es que el proceso se lleve a cabo con las máximas garantías".
Vela explica que a partir de hoy el montaje estará unos días paralizado ya que se precisa realizar una serie de ajustes en la obra civil (la puerta de la sacristía es necesario retranquearla para que entre completo el retablo), así como ajustar el sistema de seguridad del Cristo.
Además, todavía quedan por realizar algunas piezas del retablo en el taller de Manuel Guzmán, entre ellas uno de los angelotes que sustentan las columnas que enmarcan el camarín del Cristo.
Con 9,5 metros de alto y 7 de ancho, el retablo del Cristo de las Tres Caídas ha sido elaborado en madera de cedro con gran atrevimiento en sus formas. El conjunto estará rematado por un bajorrelieve cuya ejecución se encargará a un imaginero de primer nivel.