Paulao se despide entre lágrimas de Hernández Hernández en Vallecas / Pablo García
La plantilla del Betis regresó este miércoles al trabajo diario en la ciudad deportiva y de nuevo hubo novedades. Damien Perquis, con una fuerte contusión en el gemelo interior de su pierna izquierda, no se entrenó con sus compañeros y se quedó en manos de los fisioterapeutas. Si el francopolaco no se recupera a tiempo, Gabriel Humberto Calderón puede afrontar el partido contra el Valladolid con un solo central, Paulao, ya que Jordi está sancionado y Amaya, lesionado. Caro, por su parte, jugará de aquí en adelante con su equipo, el Betis B, que el domingo por la mañana afronta contra en Gerena la final definitiva en pos de la primera plaza del grupo X de Tercera.
El brasileño no juega desde que pidió el cambio voluntariamente en Vallecas tras fallar en dos goles del Rayo. Frente a la Real Sociedad, en casa, ni siquiera fue convocado por el entrenador. Contra el Almería, en cambio, sí formó parte de la expedición que viajó a la otra punta de la comunidad autónoma pero no disputó ni un minuto.
Preguntado por su estado anímico, Calderón respondió la semana pasada lo siguiente: "Si un jugador no se siente fuerte, es mejor que salga a que se quede y nos metan dos goles más. Me río de las críticas, aunque tonterías podemos decir todos. Yo quiero ganar el partido. Y no hace falta preguntar a un psicólogo, pregunte a un niño de cuatro años: si quieres ganar el partido, saca al que no quiera ganar. Si lo dejo y nos meten el tercer gol por su culpa, me dirán Calderón, ¿es usted tonto? ¿No ve que le pidió el cambio?. Lo veo ridículo, la verdad. Hay que decir las cosas con sentido común. Faltan tres partidos y no se sabe qué puede pasar porque Amaya está lesionado y Caro va a jugar con el B, pero no puedo descartar que alguien juegue de aquí al final".
JORDI: "NO HAY NADA QUE CELEBRAR EN LA FERIA" Las opciones se reducen para Calderón porque tampoco podrá contar con Jordi y NDiaye, a los que el Comité de Competición sancionó ayer con un partido de suspensión por acumular cinco tarjetas amarillas. El primero de ellos, por cierto, habló para la prensa, la poca que había en el estadio, tras el entreno matutino. "Lo que queremos es acabar de la mejor manera posible y eso es ganando el último partido en casa, y más después de un año tan malo", expuso el central, que lamentó perderse el encuentro por un castigo que considera injusto: "El árbitro me sacó una amarilla cuando ya había pasado todo. Fui a separar y el árbitro se confundió y me sacó tarjeta", recordó Jordi, al que le da «pena» no ir a la Feria. "No hay nada que celebrar", reconoció.
