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El retorno de los ratones

Los roedores han aparecido ahora en los juzgados de lo Contencioso-Administrativo, situados en el edificio Viapol, donde la semana pasada se inundaron algunos archivos del sótano

el 15 oct 2014 / 12:00 h.

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Fotos de los archivos de Viapol inundados y de uno de los ratones hallados. Fotos de los archivos de Viapol inundados y de uno de los ratones hallados. Pues parece que se confirma que a los ratones les encantan los juzgados. Si el pasado mes de junio estos animales revolucionaron el Edificio Noga, ahora se han dejado ver en Viapol, en concreto en los juzgados de lo Contencioso-Administrativo. Se da la circunstancia de que en este inmueble los archivos situados en la planta segunda del sótano se inundaron, por lo que los funcionarios creen que hayan podido subir desde allí. Ayer, pidieron medidas a la Consejería de Justicia para solucionar estas situaciones. Desde la Administración andaluza aseguraron que hoy va a quedar solucionado el problema de los roedores, e insistieron en que se trata de «un episodio puntual». Sin embargo, los empleados judiciales ya se están acostumbrado a trabajar acompañados por cierta fauna, poco agradable. Ratones, pulgas o chinches se están convirtiendo en compañeros habituales. En junio, plaga de roedores en el Edificio Noga –el más nuevo de todos los inmuebles judiciales de la ciudad– que perduró hasta el mes de agosto. Luego, a finales de este mismo mes, en el Prado tuvieron que convivir con pulgas que llegaron a picar a una funcionaria del Decanato. Ahora, es el edificio Viapol el que sufre la presencia de los ratones en sus instalaciones. Según recoge una denuncia presentada ayer por el sindicato CSIF ante el Comité de Seguridad y Salud Laboral de Justicia, estos animales han aparecido en los juzgados de lo Contencioso-Administrativo número 6, en el número 8 y en el número 13, que están situados en las plantas quinta y sexta del citado inmueble. En el escrito, al que ha tenido acceso este periódico, la delegada de Prevención de Riesgos Laborales del CSIF, Águila Fernández, explica en primer lugar que el pasado 10 de octubre, «los archivos sitos en el segundo sótano del edificio Viapol se han inundado, provocando graves daños en los archivos y paredes». Se da la circunstancia de que el sindicato ya había denunciado «el mal estado» en el que se encuentran estas dependencias, repletas de humedad, lo que hace que se dañen los documentos y, sea «un lugar insalubre» en el que incluso recomienda a los funcionarios que no accedan, o estén el menor tiempo posible. Ahora, con las lluvias «es mucho más nocivo para el uso diario por parte de los funcionarios», recoge el documento. Asimismo, en el escrito se relata que ayer aparecieron «en los juzgados de lo Contencioso-Administrativo número 6, número 8 y número 13, roedores». Estos órganos están situados «a ambos lados de la sexta planta» del edificio Viapol, mientras que el 13, está en la quinta planta justo debajo del número 6. El sindicato considera que «existe un grave riesgo tanto para los trabajadores como para los usuarios del edificio judicial», por lo que solicitan «una actuación urgente encaminada a la eliminación y propagación de la plaga», así como una reunión con el Comité de Seguridad y Salud para tratar este asunto. En este sentido, fuentes de la Consejería de Justicia explicaron a este periódico que desde ayer por la tarde una empresa especializada en desratización está trabajando en el inmueble para acabar con esta plaga. Unos trabajos que van a continuar en la mañana de hoy, según las fuentes, que recalcaron que se trata de «un episodio puntual». Asimismo, El CSIF reclama que «se proceda al acondicionamiento de los archivos de Viapol, al presumirse que los nidos de los ratones pudieran provenir de la inundación de los archivos». Es decir, para ellos el hecho de que hayan sido localizados justo después de la inundación del sótano les hace suponer que los ratones se han desplazado a plantas más altas huyendo del agua. Esta no es la primera vez que aparecen ratones en un juzgado. En el edificio Noga, los funcionarios de los juzgados de lo Social se dieron cuenta de que había roedores porque localizaron en sus cajones galletas roídas. También encontraron trozos de papel mordisqueados y heces de estos animales en las plantas y estanterías. En agosto, aparecieron algunos muertos.

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