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El Rey cumple setenta años

En un año en el que han pintado bastos para la Casa Real, la presencia de ánimo de don Juan Carlos a los largo de su intervención. Dentro de unos días, el 5 de enero, Su Majestad el Rey cumplirá setenta años. Dios lo guarde muchos más al servicio de España.

el 14 sep 2009 / 21:55 h.

Dentro de unos días, el 5 de enero, Su Majestad el Rey cumplirá setenta años. Dios lo guarde muchos más al servicio de España. Muy pocos de sus antecesores en el Trono alcanzaron esa en otros tiempos edad provecta. Pero Don Juan Carlos está en plenas facultades y su ya largo reinado puede aún batir algún récord en los anales de la Monarquía. Nada más ajeno a la realidad que el verbo abdicar puesto en circulación desde la Cope mientras los obispos miran para otro lado.

El Rey ha vuelto a acertar en su mensaje de Nochebuena, y si el discurso en su conjunto es un ejemplo del buen uso del poder moderador que le concede la Constitución, hay un pasaje especialmente relevante que merece subrayarse. "Necesitamos cuando antes -dijo Don Juan Carlos- una cultura de unidad que haga efectivo el compromiso de todos los demócratas para acabar definitivamente con el terrorismo". Y al acuñar este nuevo concepto -cultura de unidad- no está sino recogiendo lo que es un clamor en la calle. Los partidos políticos no pueden seguir estando divididos frente a los asesinos de ETA. Es de todo punto necesaria la unidad. No existe arma más poderosa. La utilización electoralista de la lucha contra el terrorismo es letal para los demócratas. El llamamiento del Rey debe ser atendido sin pérdida de tiempo.

En no menos de diez ocasiones se refirió Juan Carlos I a la unidad y al consenso para este asunto crucial y para otros de vital importancia en nuestra sociedad. Educación, violencia de género, accidentes de tráfico, medio ambiente, vivienda, precariedad laboral, desigualdades y asistencia social a nuestros mayores, integraron el corpus de un mensaje al que la experiencia del Rey en estas lides y una impecable realización televisiva dieron valor añadido,

Capítulo a mi juicio de la máxima importancia fue el toque de atención sobre la programación de las televisiones en horario infantil. Los grandes operadores parecen estar al margen de toda norma. Se saltan a la torera las prescripciones legales sobre la materia y desobedecen reiteradamente al emitir programas subidos de tono o simplemente pornográficos en horas en las que los niños están ante el televisor. La renuente actitud de los responsables de las cadenas empieza a requerir otro tipo de medidas. El Rey ha sido sensible a esta demanda de miles de familias y ha incluido el problema entre las prioridades de su discurso.

En un año en el que han pintado bastos para la Casa Real, tanto por cuestiones de índole familiar como por las que trascienden al ámbito público, la presencia de ánimo de don Juan Carlos a lo largo de una intervención enmarcada en la sencillez y tocada por la solemnidad, es otro de los factores a tener en cuenta en esta tradicional felicitación real. Como el propio Rey se ocupó de recordar meses atrás en la Universidad de Oviedo, nunca en la Historia de España se había dado un tan largo período de estabilidad democrática y de progreso económico, social y cultural como el que se inauguró con su reinado. Justo es reconocer el papel central que ha tenido nuestro veterano y buen Rey.

Francisco Giménez-Alemán es periodista

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