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El Rey Melchor: "No he sacado al Ateneo de ningún apuro"

Emilio Santiago dice que siempre estará agradecido por su designación

el 29 dic 2010 / 20:02 h.

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Santiago del Pino, nuevo Rey Melchor, posa en uno de sus negocios.

Emilio Santiago del Pino no ha perdido ni un solo minuto desde que sus "amigos" del Ateneo hicieran anteanoche un aparte con él en el Círculo de Labradores y casi a bocajarro le proclamaran como nuevo Rey Melchor de la Cabalgata de Sevilla. "Me pareció una inocentada, porque todavía era día 28". Al hermano mayor de los Panaderos casi se le atragantan los canapés que estaba saboreando en compañía de dos grandes cofrades, Carlos Bourrelier y Tomás Vega, vicepresdiente y tesorero del Consejo, respectivamente, después de asistir al pregón de la Cabalgata de Reyes Magos. Durante todo el día de autos, nadie del Ateneo se había puesto en contacto con él siquiera para sugerirle la posibilidad de encarnar al destronado Melchor. "Pensé que el elegido era Jesús Creagh e incluso le felicité, pero me dijeron que habían pensado en mí y que yo era una de las personas que estaban en la terna". Emilio no se pensó dos veces la respuesta. "Hay trenes que pasan una sola vez en la vida y si mi Ateneo de mi alma y su junta directiva me lo piden, yo no puedo decir que no. Por mi Sevilla y por mis niños, lo que haga falta". Y fue así como el hermano mayor de la calle Orfila pronunció el fiat y aceptó lleno de ilusión tragarse la patata caliente del trono vacante del Rey Melchor.

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La agenda que le espera a este empresario del mundo de la hostelería hasta que en la tarde del 5 de enero se suba a la carroza del Rey Melchor es de vértigo. Con la sensación aún caliente de estar en una nube, ya ayer por la mañana se desplazó a Sevilla Este, al taller de la modista Eva Luna, para probarse el traje que se había confeccionado para su destronado antecesor. "Me queda prácticamente casi bien".

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Hoy, a las ocho de la mañana, la cita es con los maquilladores encargados de hacerle la mascarilla y probarle la barba y, por la tarde, deberá acudir al Ateneo con los pajes que le acompañarán en su carroza. "Les comenté que, por mi parte, respetaría el compromiso que hubieran adquirido antes, pero me aseguraron que la carroza es entera mía y que podré llevar a 14 personas conmigo entre niños y mayores". Entre el grupo de escogidos que le acompañarán en su carroza estarán el teniente de hermano mayor de los Panaderos y "amigos de la infancia que nos vemos todos los viernes para tomar cervecitas, caso de Ángel y de Charli".

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En contra de lo que pudiera pensarse, el nuevo Rey Melchor no tiene la sensación de haber sacado de ningún apuro a los responsables del Ateneo aceptando la corona maldita del primero de los monarcas de Oriente. "Mucha gente sostiene que yo le he hecho un favor al Ateneo. Al contrario. Son ellos los que me han hecho el favor a mí. Nunca podré agradecerle al Ateneo lo que han hecho conmigo. Estaré siempre en deuda con ellos. Para mí y para cualquier sevillano salir de Rey en la Cabalgata es un auténtico privilegio por el que les estaré agradecido toda la vida".

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Desde hace algunos meses, coincidiendo con el aterrizaje de la nueva directiva del Ateneo, las relaciones entre las dos instituciones más señeras de la calle Orfila se han estrechado más que nunca, hasta el punto de que las instalaciones de la Docta Casa sirven para desahogar las estrecheces de la capilla de los Panaderos. "El día en que trasladamos la Virgen a la Catedral para su coronación, todos los hermanos salieron desde la sede del Ateneo", recuerda Santiago del Pino. Después de su nombramiento como Rey Melchor de la Cabalgata -­no importa que como tercera opción- la alianza entre ambas entidades se refuerza aún más.

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Santiago prefiere olvidar la polémica previa a su nombramiento, con dos reyes destronados, Manuel Marchena y Fernando Fabiani, al verse envueltos en sendos procesos judiciales. "Lo más importante es ver la cara de los niños la tarde del 5 de enero", asegura Melchor, que sueña ya con el momento de la visita real a los niños ingresados en el hospital. "Creo que va a ser uno de los momentos más bonitos".

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La voz del Ateneo. “Al fin y a la postre, lo importante es que nos salga una Cabalgata bonita, alegre. El problema que hemos tenido con la proclamación del Rey Melchor y que he sufrido personalmente se queda para mí. Pero lo importante, insisto, es ahora sacar bien la Cabalgata y mirar hacia adelante”.

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El presidente del Ateneo, Alberto Máximo Pérez Calero, asegura haber extraído muchas “enseñanzas” de lo ocurrido este año con las designaciones de los Reyes. “El primero que se hace cargo de la situación vivida soy yo. Estoy pasando unos momentos difíciles, que no son para nada agradables”. Tanto es así que pide excusas por si la imagen de la institución que preside se ha visto resentida ante la crisis generada por la doble destitución del Rey Melchor. “Si ha salido tocada la imagen del Ateneo, lo lamento”.

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Sobre lo sucedido en las últimas horas, Pérez Calero desmiente que solicitara la orientación del arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo Pelegrina, para elegir al tercer monarca. “No es verdad”. Dice respetar la opinión del alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín, sobre la conveniencia de haber elegido a una mujer. “Es uno de los proyectos que tiene ahí esta junta directiva. Con el tiempo, ya se verá”. Y sobre una posible modificación estatutaria sobre el modo de elección de los Reyes, concluye: “Por ahora no se toca. Se verá cuando proceda”. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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