Cofradías

El rey y la playa desinflan el Corpus

Sin aglomeraciones, sin calor, sin alcalde... el de ayer fue un Corpus algo desangelado

el 19 jun 2014 / 21:26 h.

Procesión del Corpus en Sevilla que este año ha coincidido con la coronación de Felipe VI. Foto: Pepo Herrera Procesión del Corpus en Sevilla que este año ha coincidido con la coronación de Felipe VI. Foto: Pepo Herrera Se veía venir. Resulta que hay un relevo en la monarquía española después de 39 años de reinado y va y la ceremonia del simbólico traspaso de la Corona coincide con el prime time mañanero del jueves eucarístico por excelencia que reluce más que el sol. El Rey de España contraprogramando al Rey de Reyes. Qué casualidad. Si no fuera por la secular tradición católica de la Corona española y porque en la piel de toro gobierna el partido de la gaviota, más de un malpensado sevillanito endogámico, que haberlos haylos, creería que estamos ante un boicot del Estado aconfesional a una de las fiestas grandes de Sevilla. En efecto. La inoportuna coincidencia de la festividad del Corpus con los históricos fastos de la proclamación de Felipe VI como nuevo rey de España propició que Sevilla viviera ayer una de las fiestas del Corpus más íntimas, recogidas y familiares que se recuerdan (entiéndase en su acepción de en familia). Sin aglomeraciones, sin el acostumbrado bochorno veraniego en los termómetros, sin el uniformado Carlos Herrera en su silla de tijera junto a una de las portadas, sin la presencia en la procesión del alcalde Zoido, ayer desplazado a la capital del Reino. Definitivamente, el de ayer fue un Corpus light, algo desangelado, «extraño» en palabras del delegado municipal de Fiestas Mayores, Gregorio Serrano, a quien ayer le tocó salir a dar la cara ante el feo que los responsables de protocolo de la Catedral le hicieron a toda la Corporación Municipal al relegarla a una discreta segunda fila de asientos en la misa de autoridades ante el argumento de la ausencia del regidor de la ciudad. tablet.webSi en la noche del miércoles, el ocaso de los dioses del fútbol mundial le ganó la batalla a la víspera del Corpus, ayer fue el orto del reinado de un nuevo Borbón el que desinfló las cifras de respaldo popular a una procesión que, aunque tediosa, constituye una tradición asentada y consolidada en Sevilla. No todos los años la Corona española cambia de sienes, de ahí que a la legión de ciudadanos que por norma ven en este jueves la oportunidad idónea para buscar el éxodo a las playas se unió ayer el notable absentismo de quienes prefirieron madrugar en día festivo para adueñarse del mando de la tele de la república independiente de su casa y no perder puntada de las miradas, los detalles, el atuendo, las palabras y los silencios del primer discurso del nuevo monarca y de las primeras horas de la nueva Familia Real. En el twitter no hubo color. Por cada comentario dedicado al Corpus en la red, los prebostes de la prensa local dedicaban nueve a glosar y cotillear lo que sucedía a la misma hora en el Congreso de los Diputados. ¿Y cómo conjugar ambas obligaciones? Una de las imágenes de la jornada la protagonizó una previsora joven que, provista de una tablet, hizo realidad el dicho de estar en misa y repicando al seguir en directo el recorrido en automóvil de los nuevos Reyes por las calles de Madrid mientras miraba con el rabillo del ojo los zapatazos que la Compañía de Honores del Ejército daba tras la Custodia. Aunque la procesión fue creciendo en ambiente a medida que se acercaba el mediodía –en parte por esa retroalimentación que sufren las aceras por parte de toda esa legión de chaquetas azules que ya ha culminado su participación en el cortejo y busca acomodo en el tramo final del recorrido para rendir pleitesía al Santísimo–, la sangría de público se hizo especialmente evidente a primeras horas de la mañana por una medio desolada avenida de la Constitución, apenas con unas hileras de personas en algunos de sus tramos, o en la misma plaza de San Francisco, uno de los lugares emblemáticos del recorrido, algo desdibujado ayer por los numerosos claros en las parcelas de sillas. El publico pudo moverse y callejear con facilidad por las calles de la carrera oficial del Corpus y hasta hacerse con un sitio a la sombra resultó más sencillo de lo habitual. Que se lo digan si no al abuelete que, luciendo un bañador y botines cruzó el cortejo con pasmosa facilidad en la plaza de San Francisco tirando de la correa de un perro. Y si la merma de público fue una de las notas destacadas de la procesión de ayer, también resulta llamativo que los participantes en la kilométrica comitiva del Corpus vayan, por contra, in crescendo año a año. La impresión a pie de obra, basada en meras apreciaciones comparativas, del diputado mayor de gobierno de esta magna procesión, el cofrade Joaquín de la Peña, es que el número de personas que ayer nutrían las largas filas de acompañamiento al Santísimo se acercan a la barrera récord de las 4.000. Nuevamente se vieron representaciones de hermandades profusamente nutridas, caso ayer de la del Dulce Nombre, que estrenaba hermano mayor. Procesión del Corpus en Sevilla que este año ha coincidido con la coronación de Felipe VI. Foto: José Luis Montero Procesión del Corpus en Sevilla que este año ha coincidido con la coronación de Felipe VI. Foto: José Luis Montero Y es que, fervores eucarísticos aparte, resulta siempre más cómodo participar como un integrante más de una procesión cuyo recorrido se completa en noventa minutos que ejecer el papel de paciente espectador y aguardar, a pie quieto, que transcurra ante ti toda esa complicada tramoya escénica de un Corpus cuya comitiva, desde la esquila que hace sonar colgada del cuello un niño carráncano hasta el último músico de la banda militar que cierra el cortejo, tarda en pasar cerca de dos horas y media. Para los amantes de la estadística, sepan que la Custodia salió a la calle a las 10.55 y que, hora y media después, a las 12.26 las ruedas de su paso maniobraban de nuevo sobre al ajedrezado pavimento catedralicio entre el estruendo de las campanas de una Giralda colgada de amor por el nuevo monarca. Procesión del Corpus en Sevilla que este año ha coincidido con la coronación de Felipe VI. Foto: Pepo Herrera Procesión del Corpus en Sevilla que este año ha coincidido con la coronación de Felipe VI. Foto: Pepo Herrera Zoido, en Madrid. El alcalde Juan Ignacio Zoido, aclamado hace cuatro años en su primer Corpus como regidor local, no participó ayer de la última procesión del actual equipo de gobierno. El regidor del PP se encontraba en Madrid, donde fue invitado a la proclamación del nuevo monarca, y su lugar en la procesión lo ocupó el primer teniente de alcalde, Javier Landa. A excepción de Zoido, los concejales del PP hicieron pleno en la procesión del Corpus, mientras que de la bancada socialista acudieron el portavoz Juan Espadas y los concejales Juan Miguel Bazaga, Juan Carlos Cabrera y Joaquín Díaz. No tuvo demasiado eco entre los sevillanos el bando del alcalde animando a festejar a todos los barrios la proclamación de Felipe VI. Durante el recorrido de la procesión apenas se vieron enseñas de la bandera nacional luciendo en los balcones. Eso  sí, la Giralda acaparó las miradas al engalanar sus cuatro caras con banderas de la Santa Sede, de España, de Andalucía y la carmesí del NO&DO.

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