Los inspectores de la UEFA, uno haciendo una foto a la pista, el martes en Kantrida / Novilist El HNK Rijeka, rival del Betis en la fase de grupos de la Liga Europa, empieza a acumular varios problemas con la UEFA. El pasado martes, unos inspectores leyeron la cartilla a los dirigentes croatas por el estado de su campo, el Kantrida, y les exigieron que realicen varias mejoras de cara a la nueva etapa de la competición continental. Y varios días después, la UEFA sancionó al Rijeka con 40.000 euros por el comportamiento de sus aficionados. El castigo económico fue impuesto por la Comisión Disciplinaria de la UEFA y se basa en los incidentes provocados por los seguidores más radicales del Rijeka en sus dos primeras eliminatorias de la Liga Europa, ante el Prestatyn Town y el Zilina. Los hechos fueron el encendido de bombas de humo y bengalas e insultos a funcionarios de la UEFA, entre otros. El club balcánico no fue multado por el play-off contra el Stuttgart, de ahí que su mensaje haya sido el siguiente: "Teniendo en cuenta que no tenemos ningún castigo previsto por bengalas en el partido contra Stuttgart, hacemos un llamamiento a todos nuestros fans para que sigan apoyándonos de conformidad con las reglas de la deportividad en los campos europeos", dice el Rijeka, que con espíritu constructivo también explica a sus aficionados que el dinero de la multa "se podría haber gastado de forma mucho más productiva en el fútbol de cantera o para mejorar significativamente la comodidad de los espectadores en el estadio ". En cuanto a la inspección del Stadion Kantrida, los inspectores (el español David Ferrer y el alemán Maxim von Portatius) criticaron especialmente las instalaciones para la prensa y las dimensiones del terreno de juego.