Llevan 30 años grabando discos y haciendo giras, pero las energías parecen intactas. Son Obús, uno de los pioneros españoles del heavy metal, y esta noche brindarán en la sevillana sala Malandar (22.00 horas) un repaso por todos sus éxitos. «Aún nos queda mucho por conquistar nuevo público, nuevos países, hacer aún muchos discos y llegar a los puestos más altos», afirma Fortu, su cantante, quien admite que también han dejado cosas en el camino: «Sobre todo, la ingenuidad con la que comenzamos, y la visión que teníamos al principio de cómo era este negocio. También a grandes amigos músicos que no han podido continuar. Pero las ganas y la ilusión siguen intactas».
Obús surge en los primeros 80, en un panorama social muy convulso, con la lucha obrera de fondo, que les inspiró temas como Crisis, perfectamente vigente hoy. «Todas las crisis tienen algo en común, y es que machacan y arruinan a quien las sufre, sobre todo a la gente más desfavorecida y con menos recursos. Estos son los que peor lo pasan», dicen. Por eso lo suyo ha sido ir a la contra del poder, ayer y siempre. «Los poderes siguen manteniéndose tal cual. No han cambiado en estas tres décadas. Nuestras letras son básicamente urbanas y rocanrroleras, aunque, puntualmente, sí hemos tocado temas importantes que preocupaban a la sociedad. Incluso uno de nuestros últimos sencillos, Cállate, refleja toda la corrupción política», añade el grupo.
Pero también hubo tiempo para canciones como El que más «una realidad protagonizada por algún personaje del barrio en el que vivíamos» o Vamos muy bien, un desenfadado canto al consumo de alcohol. «Creo que la gente de ahora tiene más claro las consecuencias que puede acarrear las drogas y el alcohol. En los finales de los 70 y en los 80 era una ruptura total con lo establecido. Las drogas eran como una forma de rebeldía a las que se les dio un fondo ideológico. De toda formas, con el paso del tiempo sí que decimos que hay que tener mucho cuidado, porque te pueden arruinar la vida. De hecho, algunos amigos nuestros, por culpa de ellas, se han quedado en el camino. Vamos muy bien, es un himno festivo al estilo de Asturias patria querida, para que cuando se reúnan un grupo de amigos y se tomen unas copas de vino, todos la acaben cantando».
Sobre el serio declive que sufrió en los 90 el rock duro a nivel global, Fortu cree que se debió «a un cambio de tendencia, y a que surgió el grunge con mucha fuerza», dice. Por otro lado, cuando se le pregunta por el programa concurso en el que participó recientemente, y si no teme que los seguidores de Obús sientan traicionada la autenticidad de sus ídolos, responde sereno: «No tiene por qué. Nos tienen que juzgar cuando estemos en un escenario. Si no lo hacemos bien o los defraudamos, entonces admitiremos sus críticas. En general, no hemos tenido ningún problema».
¿Han perdido la rebeldía los grupos de hoy, o se han dado cuenta de que es muy difícil mover el sistema con canciones? La respuesta es clara: «No se puede generalizar. Los grupos los integran personas y las hay que son más rebeldes e inconformistas que otras. Hay de todo. Cambiar el sistema con las canciones es prácticamente imposible, pero sí que es posible que a través de las canciones, podamos despertar a gente que esté dormida y no se entera de las cosas».
Por último, a la cuestión de si la gloria era al fin y al cabo resistir, asienten: «La gloria al final es mantenerse en algo que ha sido tu vida. Estamos muy orgullosos de que después de tantos años, sigamos subiendo a los escenarios y que haya gente que pague por una entrada para vernos. Realmente nos sentimos unos privilegiados», apostilla.
