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El Salón Internacional de Enganches vuelve a traer los mejores carruajes

La segunda edición del Salón Internacional del Enganche (SIAT)se inauguró ayer con la participación de casi 2.000 invitados. El evento, que albergará a los mejores profesionales del mundo de la equitación, se cerró con el espectáculo Cómo Bailan los Caballos Andaluces, obra de la Escuela Andaluza del Arte Ecuestre.

el 15 sep 2009 / 15:42 h.

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La segunda edición del Salón Internacional del Enganche (SIAT)se inauguró ayer con la participación de casi 2.000 invitados. El evento, que albergará a los mejores profesionales del mundo de la equitación, se cerró con el espectáculo Cómo Bailan los Caballos Andaluces, obra de la Escuela Andaluza del Arte Ecuestre.

Tras la experiencia de la primera edición, la dirección ha introducido notables cambios para el encuentro de 2008: por ejemplo, la inauguración se ha retrasado una semana (en 2007 empezó el 16 de septiembre) para que las empresas y profesionales del caballo tuvieran más tiempo de prepararse. Además, aunque el presupuesto, de unos 800.000 euros, es menor que el del año pasado, este año no se ha tenido que pagar el espectáculo inaugural Atalaje, creado por el arquitecto Juan Ruesga, que fue lo más costoso de la primera feria.

Los invitados ayer al Hipódromo nazareno pudieron ver cómo el alcalde de Dos Hermanas, Francisco Toscano (PSOE), cortó la cinta que dará lugar a la feria internacional de carruajes, este año participan doce países, seis más que 2007.

Tras la apertura empezó un espectáculo creado por la Fundación Real Escuela Andaluza del Arte Ecuestre: Cómo Bailan Los Caballos Andaluces. Un ballet ecuestre montado sobre una coreografía extraída de los estilos de doma Clásica y vaquera, con música española y clásica adaptada, interpretada por Luis Cobos y Manuel Carrasco y vestuario a la usanza del siglo XVIII, con una duración de una hora y 20 minutos.

Para ello se desplazó desde Jaén un equipo humano formado por unas 28 personas entre Jinetes, mozos y personal técnico que escenificaron el espectáculo con 26 caballos.

Los dos primeros números de la representación fueron de doma vaquera, disciplina en la que los jinetes, con las riendas en una sola mano, rememoraron el trabajo que se realiza en el campo para mover el ganado.

A la demostración de llevar un caballo como los vaqueros se pasó a la doma clásica, que empezó con el paso de tres caballos, que se deslizaron por la pista al son de la música. Sorprendió mucho la parte titulada Fantasía, donde un solo jinete ejecutó ejercicios avanzados de apoyos, piruetas al trote, al galope y al paso español.

Como colofón final a la representación, hubo un carrusel por la pista de todos los componentes del espectáculo, realizando ejercicios de la equitación académica, apoyos al galope y al trote, fueron 20 caballos muy bien sincronizados.

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