El Salón Internacional de la Moda Flamenca (Simof) echó ayer el cierre a su XVII edición por todo lo alto, con uno de los desfiles más esperados y aplaudidos del certamen, el de la decana Lina, que puso sobre la pasarela a la bailaora Matilde Coral. Los piratas y la Duquesa de Alba también fueron los protagonistas de esta última jornada, en la que se conoció el balance de esta cita, que evidencia que, pese a la crisis, los trajes de gitana tienen un público inagotable: 55.000 personas visitaron Fibes en estos cuatro días.
Por la mañana, con Cecilia Gómez como modelo invitada, el gaditano Cañavate presentó_Whatever Lola Wants, una colección con una línea de faldas a media pierna, talles en cintura y cadera y muchos volúmenes. Con aires años 50, los vestidos evocaban la época dorada de Hollywood, con enormes gafas de sol para pasear por el albero.
La firma Sevillanía propuso mangas largas y amplios escotes con predominio del color marfil. Su colección Renaciendo mostró trajes de todo tipo e introdujo las minifaldas, muy en boga en este Simof. La colaboradora de Sálvame Raquel Bollo desfiló sus modelos.
Por su parte,_Creaciones MariCruz ofreció en De Cai a Sevilla un recorrido por su trayectoria con estilos muy distintos: del canastero antiguo al clásico. Este año su apuesta es por los trajes lisos, aunque también se vieron lunares y estampados liberty. Muy comentado, su vestido para embarazadas.
Aunque sin lugar a dudas, las fuerzas se reservaban para una tarde en la que la sevillana María José Suárez deslumbró como modelo invitada en todos los pases, y en la que la presentadora y modelo Eva González entregó a la Duquesa de Alba el Premio de la Asociación de Diseñadores de Moda Flamenca, como embajadora de esta moda y del patrimonio cultural andaluz.
De vuelta a la pasarela, la sevillana Rosalía Zahino no defraudó y volvió a convertir Simof en un auténtico espectáculo con su colección Menuda perla, que bien podría haberse llamado Flamencas del Caribe. Y es que un mundo de corsarios y piratas tomaron la pasarela, llegando incluso a secuestrar a algunas de las modelos. Se vieron diseños que, aunque no serían aptos para pasear por el Real, bien que invitan a fantasear con una Feria caribeña. Sombreros que eran auténticos galeones, pañuelos a la cabeza, parches para los ojos, modelos desfilando con fusiles, sables y cuchillos, pantalones, botas altas, estampados con escudos piratas... Sobre la pasarela se escenificó una batalla por un cofre repleto de monedas de oro, que acabaron lloviendo sobre el público. Predominaron los celestes y verdosos, propios de los Mares del Sur, así como los marrones y camel, de piratas.
Pero lo más esperado aún estaba por llegar. La firma Lina presentó su colección_Sueños, a la que no faltó, como es tradición, la Duquesa de Alba.
Vestidos inspirados en la primavera, de corte clásico aunque con algunas innovaciones._Así por ejemplo, introduce trajes con la parte frontal estampada a lunares, y la trasera con motivos florales. Mangas hasta el codo, terminadas con enormes volantes que acarician las muñecas. Flecos gruesos, que en algunos modelos sustituyen las mangas; mantoncillos y pañoletas que terminan abrazando las caderas, cinturones amplios, bordados con pedrería y un largo etcétera.
El momento cumbre llegó cuando irrumpió en la pasarela Matilde Coral, que cerró el desfile con un elegante diseño de Lina y un mantón que hizo bailar, arrancando los aplausos de la_Duquesa, a quien dedicó unos pasos.
La firma jerezana Faly, de la Feria al Rocío mostró una colección muy clásica, con innovaciones en los estampados y con una pieza clave: él fajín. Joyas de antaño sorprendió con un traje de novia y apostó por los tonos pasteles y beige.
La onubense Carmen Vega cerró Simof con Bella, un homenaje a la igualdad de género, con vestidos largos, canasteros y volantes voluminosos.
