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El SAS indemniza a un menor que perdió un testículo debido a un retraso en el diagnóstico

el 14 feb 2012 / 14:59 h.

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El Servicio Andaluz de Salud (SAS) ha indemnizado con 56.378 euros  a un joven de Málaga, menor de edad en el momento de los hechos, que  perdió uno de los testículos debido al retraso en el diagnóstico,  según han informado desde la Asociación del Defensor del Paciente.

En 2009, el afectado acudió junto a sus padres al servicio de  urgencias de un hospital de la capital con un "fuerte" dolor en el  testículo izquierdo. Una vez allí, fue asistido por el médico de  guardia, quien, tras examinarlo, estuvo consultando bibliografía  médica antes de emitir un diagnóstico, "observando cómo el  facultativo ojeaba durante largo rato un manual dando la impresión de  no encontrar respuesta a lo que buscaba".

Finalmente, explican desde esta asociación en un comunicado, el  facultativo aseguró que se trataba de una infección de orina y que  era necesario realizar un análisis. Además, prescribió al paciente un  antibiótico y un analgésico, así como "seguimiento por su médico".  

Aliviado el dolor por el efecto de los medicamentos durante unas  horas, volvió a aparecer, extendiéndose al bajo vientre, por lo que  acudieron de nuevo al mismo centro de salud, donde fue atendido por  otro médico, quien, sin realizarle pruebas radiológicas, apuntó que  "el dolor era lógico y que tenía que esperar a que el antibiótico  hiciera efecto", según indican.

Tres días más tarde, el joven, que continuaba con fuerte dolores,  acudió a su médico de cabecera. El facultativo consideró que no era  una infección de orina, pero, "ante la duda", le volvió a mandar  antibióticos y le citó una vez concluido el tratamiento. Cuando  regresó a la consulta, el facultativo le dio pase urgente para el  Servicio de Urología, puesto que los síntomas no remitían y tenía  inflamación.

TESTICULO INFARTADO


Una vez atendido por el especialista, éste le informó de que el  testículo estaba infartado. No obstante, el menor decidió consultar a  un urólogo particular, quien, después de pruebas diagnósticas, le  confirmó la torsión testicular.

El joven acudió de nuevo al Servicio de Urología del hospital,  donde le indicaron que lo mejor era extirparlo y colocar una  prótesis. Unos tres meses más tarde, el menor fue ingresado en otro  centro de la provincia de Málaga. Durante la intervención, se le  ocasionó una quemadura con el bisturí eléctrico, causándole una  herida y postilla que se abrió posteriormente, dejando a la vista el  implante interior.

Tras el análisis del testículo extirpado, se confirmó que la causa  de su pérdida fue una torsión y no una infección, como erróneamente  le diagnosticaron en su primera visita a Urgencias, han indicado, al  tiempo que han señalado que, más tarde, el menor tuvo que ser  intervenido de nuevo para extraerle la prótesis al producirse rechazo  de la misma.

Ante esto, se considera que ha existido una actuación "negligente"  debido a la falta de realización de pruebas diagnósticas y al error  en el diagnóstico y tratamiento aplicado, siendo intervenido el menor  "cinco meses después de presentar los primeros síntomas cuando la  lesión era irreversible". A ello se añade la segunda intervención a  la que tuvo que ser sometido y la herida causada en la primera  operación.

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